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SECRETS D'ANIMATEUR, el librazo de Julia Peguet

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Desde Francia, y gracias a la editorial Pyramyd, nos llega Secrets d'Animateur, el libro en el que la animadora Julia Peguet cuenta todo, absolutamente todo, lo que un animador amateur necesita saber para meterse de lleno a tirar los miles de frames que le harán convertirse en un profesional de la técnica stop-motion.
Peguet es una de las principales animadoras de nuestra adorada Aardman, empresa que ha confiado en sus manos para dar vida a la oveja Shaun, al Pirata Capitán, a Gromit, a Purple & Brown e incluso a Dug, el cavernícola protagonista de la última epopeya plastilinosa del estudio. Doce años de profesión que ahora traslada a un libro de gran formato.
Dentro de sus tapas blandas encontraremos un libro de conocimientos básicos (los 12 principios de la animación, los arcos, el timing, cómo sujetar un muñeco al set,...), consejos valiosos (cómo crear efectos especiales sin usar ordenador, cómo transmitir emociones a través de un humanoide de plastilina de 30 cm de altura,...) y ejercicios tras cada lección (con las respuestas al final, claro).
Cientos de fotos, esquemas e ilustraciones copan sus 240 páginas, impresas a todo color en un papel de gramaje considerable. En definitiva, una apuesta editorial que no puede faltar en la biblioteca de cualquier animador stop-motion en potencia. -PVP: 39 €- 


ENTREVISTA A IVÁN SARRIÓN, AMO DE LA FLUIDEZ ANIMADA

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Iván Sarrión Soria (Alzira, Valencia, 23 de febrero de 1991) es un animador que, pese a su juventud, tiene en sus espaldas las contracturas de un animador talludito, de tanto poner posiciones extremas para mover a muñecos fotograma a fotograma delante de las cámaras. Su paso por la serie valenciana Clay  Kids, levantada con no poca entrega y esfuerzo por Javier Tostado y María Lara, le permitió quedarse en tierras mediterráneas -cual lapa- para de vivir de lo que más le apasiona: la animación stop-motion. Toda una proeza al alcance de muy pocos afortunados. Su secreto, saber dar una fluidez insólita a los muñecos que caen en sus manos.
Iván animando a los personajes de unos de los anuncios que Inspiranimation realizó para Bajaj Electricals.
Adrián Encinas (AE): Para empezar fuertecito ¿Qué crees que hace única a la animación stop-motion

Iván Sarrión (IS): En el stop-motion, el mundo que solo ocupaba sitio en tu imaginación, está ahora ocupando 3 dimensiones reales, puedes tocarlo. 

Y siguiendo fuertecito, pero sin dejar de alabar y respetar las muchas vertientes del arte y la animación, me gusta hablar del stop-motion como un “culmen del arte”, por ser la conjunción de muchas artes. Toca el diseño y la escultura del personaje, con todo lo que le rodea; el cine y su tratamiento de la música, color, ritmo...; el uso de materiales comunes para crear; o el arte de la animación en general. Tantos instrumentos artísticos trabajando al compás de una idea, me parece precioso. 

AE: Hace eones, en la primera quedada del grupo Stopmotia en Madrid del 13 de febrero de 2011, te lanzaste a enseñar a un entusiasmado público tus primeros pinitos de animación en plastilina. Algo que al humorista gráfico (y mejor persona) Roger Crunch le recordó a Gumbasia (1955), aquel psicodélico y fundacional trabajo de Art Clokey (creador del hito de la cultura pop estadounidense llamado Gumby). ¿Cómo te dio por la plastilina y qué supuso para ti ver que el público reaccionaba tan bien a tus primeras pruebas? 

IS: No conocía esa opinión de Roger Crunch, muchas gracias por la comparativa. Me gustaría comentar que la quedada de 2011 de Stopmotia fue uno de los hitos más importantes de mi vida, os lo agradezco a todos los responsables. 

Empecé a hacer animación con plastilina por unos amigos con los que pintaba graffiti, como gente creativa no podíamos pasar un segundo sin hacer “algo”, me gustó animar desde el principio y vi que ser animador podía ser un oficio justo en el momento cuando debía decidir “qué quiero ser de mayor”; así me decanté por estudiar en Madrid un curso de animación 3D y por compañeros de este curso conocí vuestra iniciativa. 

Desde luego, vuestro recibimiento hacia mis trabajos caseros me dieron mucha ilusión y ánimo (nunca antes había recibido una crítica de gente del sector). Poco después dejé de lado el CGI para, con mucha suerte y esfuerzo, seguir animando pero tocando los muñecos, sin tanta pantalla y ratón por medio. ¡Gracias por aquel impulso!
AE: Si no me equivoco, tu primer trabajo profesional en este mundillo llega con la primera temporada de la serie valenciana Clay Kids. ¿Cómo entras a formar parte de este importante proyecto? 

IS: Así es. Tras la quedada de Stopmotia empecé a seguir este estupendo blog. Aquí leí que Clay Animation preparaba un curso de formación de animadores para entrar a trabajar en una serie, probé suerte y entré en el curso impartido por David Caballer, aprendí más que nunca antes en mi vida. Tuve como compañeros a gente espectacular como Carla Pereira, Sergio Lara, Kecy Salagnad, Nuria Robles, Manu Rubio, Teresa Pérez, Raúl Eguía, Maria Moreira, Fran Deltell, Juan Soto,… (daría toda la lista pero se haría aburrido, todos gente genial), con esto, entré a trabajar para Clay Animation en la serie Clay Kid con la tutela de David Caballer y Javier Tostado. 

AE: ¿Todavía recuerdas el primer plano que animaste para la serie? 

IS: No es algo que recuerde con especial cariño, creo que tenía que animar a Robbie en el callejón de la serie y él debía tener miedo. Pero tenía mucho más miedo yo, seguro. 

En general, el primer plano de cualquier proyecto me genera un mordisco en el estómago y sólo se va cuando “conozco” al personaje.
Iván dando vida a dos de los adolescentes protagonistas de la serie Clay Kids.
AE: En la nave de Ribarroja del Turia, donde tuvo lugar la filmación de la serie, te tiras desde 2011 hasta 2014. Es decir, te sacas el grado de animador stop-motion con matrícula de honor con un profesorado formado por grandes nombres de la técnica como Javier Tostado, Mike Booth y David Caballer. ¿Qué puedes decirnos de ellos ahora que ya tienes todas las asignaturas convalidadas? 

IS: Fue una muy buena forma de crecer. Y por supuesto, sólo puedo tener palabras de agradecimiento con todos. He recibido muchísimo apoyo por parte del equipo de Clay Animation. 

Con Mike Booth no tuve la oportunidad de trabajar en los mismos turnos, pero sin duda lo considero una gran referencia. Técnicamente espabilado, se las sabía todas. Javier Tostado y Maria Lara han confiado en mí muchas veces y me han ayudado a crecer como trabajador y como persona, son gente dedicada y pasional. Su coordinación y esfuerzo contribuyen muy notablemente a la industria de la animación valenciana. 

Y si tenéis el gusto de conocer a David Caballer podréis entender que siempre ha sido un ejemplo para mí, como profesional y como persona. Me cogió de la mano desde el primer día y espero que nunca me la suelte. ‘Gracies’ David. Además es uno de los pilares de la animación valenciana, siendo responsable de la formación de muchos profesionales actuales del sector. 

AE: Y hablando de docencia. La confianza que Javier Tostado y María Lara, los directores de Clay Animation (productora de Clay Kids), pusieron en ti a la hora de ponerte a formar a los estudiantes de su curso de animadores stop-motion debió de resultar un subidón de la leche. ¿Cuáles son las principales dotes que debe tener un profesor que enseña animación fotograma a fotograma? ¿Y las de un alumno? 

IS: Efectivamente, no puedo dejar de agradecer la confianza que depositaron en mí Javier Tostado, Maria Lara y David Caballer para que co-impartiera el curso de Clay Animation. 

Cuando doy clases, siempre tengo miedo de contar todo desde mi interpretación y bajo mis experiencias, esto es un arma de doble filo, evidentemente intento transmitir todo “lo bueno”, pero mis errores y manías pueden ser heredados también. Por eso me gusta tener otro profesor complementando la clase, con su filtro personal, ese abanico de interpretaciones enriquece la clase. 

Tampoco me gusta decir “esto se hace así”. Y es que depende donde deba aplicar lo aprendido el alumno le servirá o no la experiencia personal del profesor. Por tanto, debemos estar dispuestos a adaptarnos a la necesidad del alumno. 

Como alumno, interés y tenacidad, con esto está garantizada la atención y el apoyo del profesor e incluso del equipo (si se está haciendo prácticas). Nadie nace sabiendo. Probar y volver a probar. Mirar mucha animación frame a frame, viendo que pasa y por qué. Pero sobre todo, insisto, práctica, práctica, práctica. 

AE: Pollo Roto, Santa Crisis, Molecular Zombi,… parece que los ratos libres los dedicabas a más de lo mismo. ¿Hay cura contra el mal del stop-motion

IS: Se disfruta trabajando con colegas. Pero crear o entrar en proyectos extralaborales es la necesidad de seguir creciendo como profesional. Con pocos recursos podemos practicar en casa o participar en proyectos de amigos, y nada es mejor al principio para aprender a animar y trabajar en equipo. Gracias a José Tomás Mira y Sergio Moreno (SuKolega) tuve la oportunidad de crecer como animador en mis inicios. 

Realmente, creo que animar puede ser la cura de los males del animador. Esa insistencia nos hace crecer. 

AE: Valencia lleva siendo el epicentro de la animación stop-motion en España desde hace casi cuatro décadas, que se dice pronto, tal y como se expuso en la magnífica exposición del MUVIM Stop Motion Don’t Stop –en cuyo catálogo recuerdo que te rebauticé-. ¿A qué crees que se debe que en la costa levantina haya este amor por el cine en miniatura rodado foto a foto?

IS: Por suerte hemos tenido a grandes creadores y emprendedores en Valencia, como Pablo Llorens, que han sido referentes de la técnica a muchos niveles. La gente creativa que vive cerca de o en Valencia, siempre hemos tenido facilidad para conocer y trabajar con estos genios, y esta es nuestra virtud. 

Por otra parte (y aunque puede que solo sea casualidad) en Valencia tenemos un oficio relacionado con la escultura y el arte, pero a gran escala, las Fallas. Algunas personas de taller vienen rebotadas de ese mundo; o por ejemplo en mi caso, mi abuelo era “artista fallero” y he recibido mucho apoyo de mi familia para que siga jugando con “ninots”. 

(Por cierto, Juan Sarrión me llamaste, jajajaja) 

AE: Con el director y animador Vicente Mallols y la productora Paloma Mora curraste en 2015 para el cortometraje El Criptozóologo. ¿Cuáles fueron los planos, y las dificultades, a los que te enfrentaste en este film? 

IS: Con Vicente Mallols todo es fácil. Su actitud y forma de dirigir es perfecta para crear el buen ambiente de trabajo que caracteriza todo aquello que toca. A mi parecer, el rodaje transcurrió relativamente normal en aspectos de animación (pero en taller si fue un poco más duro, creo), como anécdota recuerdo cubrir al bigfoot con gomina para que no se movieran caóticamente los pelos. El resto fue “un caramelito” de animar, gracias a Pascual Julián y al equipo de taller. 

AE: Recientemente has vuelto a colaborar con ambos en la serie pendiente de estreno de El diari de Bita i Cora. ¿De qué trata esta sería del canal valenciano À Punt y cuándo podrá verse? 

IS: Paloma Mora ha conseguido una vez más reunir un equipo estupendo, solo tuve la ocasión de estar mes y medio trabajando con ellos, pero fue en estupenda compañía. 

El diari de Bita i Cora (dirigida por Vicente y producida por TV ON Producciones) consta de 26 capítulos de 5 minutos y medio. Cuenta las aventuras cósmicas de una niña (Bita) y su colega azul (Cora) en un planeta con habitantes muy simpáticos visualmente. Ciencia ficción infantil que muy pronto podremos disfrutar en casa. La producción está hecha íntegramente en Valencia, se ha vendido en Latinoamérica y está en negociación con varios países europeos. Además, ¡TV ON ya está preparando la segunda temporada!
Colocando a los personajes de El diari de Bita i Cora. ©Valencia Plaza
AE: Aunque lo cierto es que también con Vicente, y hablando un poco más en general con el estudio que codirige (Pangur Animation), has currado en algunas piezas de animación directamente estrenadas en YouTube. El tema de este tipo de vídeos es curioso porque, generalmente, son un absoluto tedio para cualquiera que disfrute del cine de animación -no así para los niños pequeños-, y la verdad es que veo difícil que el animador disfrute haciéndolos; sin embargo, aquí en España ha sido la herramienta para que mucha gente pueda vivir de la animación stop-motion. Me gustaría saber qué es lo que piensas tú de este tema. 

IS: Es un tema candente y que evoluciona diariamente, tengo opiniones que varían, así que puede que cambie de idea pronto. 

Ahora mismo no me gusta el camino que se está llevando por la cantidad, calidad y moral del producto que algunos canales nos reclaman. 

Pero por otra parte veo algunas ventajas. Por ejemplo, como bien has comentado, algunos hemos podido sobrevivir los periodos sin trabajo gracias a estos vídeos, y mejor aún, también han ayudado a nuevos y futuros emprendedores a encarrilar proyectos personales (en el caso de Pangur, están promoviendo proyectos estupendos actualmente). 

Y aunque artísticamente parezca desalentador (que normalmente lo és), técnicamente es una buena práctica, y no hablo de animación fluida y perfecta, hablo del uso de los tiempos de la narración, como contar una historia con menos. Además, nos obliga a agilizar el proceso de producción (relativamente lento por naturaleza) y creo que esa rapidez y adaptabilidad puede ayudarnos a ser mejores animadores o directores en otros proyectos. 

Así que, mal por el contenido pero bien por la ayuda que nos proporciona. Ojalá no fuera tan morbosa la temática que estos miniespectadores reclaman. Pero, en parte, es curioso ver cómo de rápido está evolucionando el entretenimiento, y no está mal intentar crecer con esta marea o al menos conocerla. 

AE: Uno de los trabajos de tu CV que más me fascinan es el homenaje que le hiciste a la Escola Arts Plàstiques Alzira por su 25 aniversario; pues comparte, con algunos de tus loops de Instagram, el uso de esos frames imposibles tan habituales de ver en el cine en dibujo animado (y conocidos internacionalmente como smears), pero tan raros de ver en animación stop-motion, que confieren al conjunto una elasticidad hipnótica. ¿Cómo surgió la genial idea de introducirlos a la animación en plastilina? 

IS: La primera vez que me dí cuenta que existían los smears fue gracias a María Moreira y a Raúl Eguía en el curso de Clay Animation, desde entonces siempre que el momento me lo ha permitido los he añadido. Da una fluidez muy plastilinosa y son un gran recurso para mostrar movimientos veloces sin perder información. 
AE: Fuera de Valencia has currado para el estudio italiano Dadomani, para el cortometraje inglés ganador del BAFTA A love story (Anushka Kishani Naanayakkara, 2016), e incluso para el afable director burgalés, y tremendo entusiasta del stop-motion, David Castro (cortometraje Elements, pendiente de estreno). ¿Cómo fueron las experiencias lejos de la tierra de la horchata? 

IS: Todas y cada una de ellas fueron experiencias muy buenas. 

El equipo de Dadomani es muy familiar, son gente muy buena como técnicos y personas. Con ellos trabajé con el primer lip-sync modelado por mi que haya salido en pantalla, en este caso en la tv italiana para un anuncio de Kinder (Ferrero). 

Nush Naanayakkara es una persona maravillosa, me apoyó mucho en Inglaterra y gracias a ella me defiendo un poco con el inglés. También fue un buen reto tener que adaptarme a animar algo tan diferente. 

La experiencia con Iñaki Carbonell, David Castro y las alumnas de la Academia de Cine de Madrid fue genial, me gustó trabajar con gente de ideas tan buenas y con las cosas tan claras. Además, las estructuras de los muñecos eran espectaculares, gracias a las manos de Carlos Padilla. 

Pero aunque suene raro para este tipo de trabajo, ahora mismo me gusta trabajar cerca de casa.

Iván en plena producción de Elements, rodaje que tuvo lugar en La Academia de Cine de Madrid.
AE: La cantera de animadores de Clay Kids pasado a formar parte de los créditos de los largometrajes stop-motion más importantes del último lustro: Isla de perros, Cavernícola, Anomalisa,… ¿Han venido a buscarte desde alguno de estos grandes proyectos internacionales y has tenido que decir que no o has sido tú el que se ha “escondido” para trabajar más cómodamente desde casa? 

IS: Nunca me han llegado ofertas que no fueran recomendaciones de amigos, por ejemplo, gracias a Thiago Calçado (que es un tío estupendo, coincidimos en Clay Kids T.2) me han llegado algunas ofertas de trabajo buenísimas, pero por desgracia nunca he podido aceptarlas por estar trabajando en otros proyectos. En parte también por suerte, ya que en Valencia ha habido una seguida de trabajos por el impulso de las productoras valencianas. 

De todas formas, como decía antes, de momento estoy cómodo cerca de casa. Pero siempre pica un poco el gusanillo de intentar participar en esas grandes producciones. “Todo se andará” o al menos puede que lo intente. 

AE: ¿Qué películas, de animación (stop-motion o no) y de imagen real, te han y se siguen influyendo?

IS: Creo que es la pregunta más difícil que me haces. Mis referentes van cambiando conmigo y no sé decirte una “bandera” que me represente. 

De todas formas, nunca me canso de ver ¿Quién engañó a Roger Rabbit?. Pero si debo marcar una referencia de estilo que siempre he seguido, no es de una peli, es sin duda Pablo Llorens o en todo caso el estudio Screen Novelties. 

AE: Volviendo a Valencia… ¿la productora Clay Animations pasó a ser Inspirianimation o son dos productoras independientes? ¿A qué fue debida esta refundación? 

IS: No soy el adecuado para preguntar esto, pero puedo decir que Clay Animation está más centrada como productora (series, cortos...) e Inspiranimation como empresa de servicios (anuncios). 

No conozco los motivos concretos de la bifurcación, pero sí sé que han entrado trabajos buenísimos desde entonces, hemos trabajado para empresas como Ubisoft, Hasbro, MaxColchon o Pascual (Vivesoy). Y ha habido una continuidad de encargos que ha permitido ir creciendo como equipo. Así que, al caso, creo que ha sido una buena decisión. Bienvenida.

Colocando los rigs antes de ponerse a filmar el anuncio Just Sleep, de la cadena Maxcolchon.
AE: Inspiranimation se estrena con una serie de anuncios para la compañía de la India Bajaj Electricals donde realizáis un trabajo de diseño y animación absolutamente precioso. ¿Cómo consiguió el estudio este proyecto frente a otros de mayor renombre internacional como House Special o a otros pertenecientes al propio país del cliente? 

IS: Este es otro tema que no domino. Si estos encargos llegan a la empresa es por el esfuerzo diario de Javier y Maria con el departamento de gestión de Inspiranimation. Gracias a su trabajo la productora india “Hungry Films” contó con el equipo para este proyecto. 

Desde la parte de animación, solo tuvimos que disfrutar animando este precioso proyecto de personajes con ropa de papel, inspirado en el estilo de la peli El Principito . El departamento de taller, encabezado por Lucía Martínez y Emma Owen, nos facilitó mucho el trabajo para animar estos muñecos tan delicados. Y no puedo olvidar el gran trabajo de edición que María Briones hizo para conseguir el aspecto final de los anuncios. 

AE: De lo ultimísimo que he visto que has animado ha sido… ¡para un videojuego! Cuenta, cuenta… 

IS: Fue una locura, pero genial, nunca había tenido que luchar contra tantos loops. Trabajamos sobre una coreografía que tuvimos que diseccionar y convertir en pequeños bucles, cada uno de ellos debía aparecer en diferentes momentos del juego y con diferente luz, así que tuvimos que fotografiar hasta con 8 iluminaciones diferentes cada fotograma (con una opción de Dragon Frame). 

Pablo Masip y la gente de taller crearon un personaje que fue un gustazo animar. Y el diseño de Rosa Ballester le dió una personalidad muy característica al personaje.


AE: Y para ir terminando. ¿En algún momento del futuro próximo te planteas llevar a cabo un cortometraje de autor? 

IS: Aunque entré en este mundo por la “motivación artística” de crear historias, confieso que me perdí casi desde el principio pateando el fantástico apartado de la técnica, puede que como animador, modelador o dibujante (son las modalidades artísticas que más me motivan) nunca dejes de aprender... es adictivo. 

Por eso no veo el momento para centrarme en una historia. Pero, por supuesto, me encantaría poder contar una historia mía, la que sea, cuando o como pueda. Creo que me gustaría hacer un proyecto centrado en la técnica, intentar seguir tirando del carro del arte siempre me ha motivado. No lo sé, pero quieto no voy a estar. 

¡Gracias por la entrevista Adrián!

AE: Un placer, Iván. Gracias a ti por extenderte en las respuestas.

LA ANIMACIÓN STOP-MOTION ESTÁ EN LAS ESTRELLAS

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Hace unas semanas me llevé una gran sorpresa al encontrar en la cartelera una película producida por Álex de la Iglesia de la que (casi) no había oído hablar. Su título era En las estrellas y suponía el segundo largometraje del madrileño Zoe Berriatua (tras Los héroes del mal, de 2015). Tuvo su estreno en -muy pocas- salas comerciales el pasado 31 de agosto.

Víctor es un director de cine al que le superan sus propias desgracias. Es alcohólico, está en paro y terriblemente deprimido, en gran parte a causa de la muerte de su mujer. Sin embargo, Víctor sigue siendo el mejor en una cosa: contarle historias fantásticas a su hijo de nueve años, Ingmar. Dichas historias son cada uno de los guiones que sueña con dirigir en un futuro, cuando reúna todos los recursos necesarios. Víctor e Ingmar comparten un presente lleno de tristeza y precariedad, pero también plagado de robots y localizaciones de películas que han visto juntos. A pesar de formar un gran equipo, sus problemas se multiplicarán cuando los demás empiecen a cuestionar su papel como padre.

Ese mismo viernes del estreno me acerqué al cine a verla, donde constaté que la poca promoción del film tenía su reflejo en la venta de entradas (estuvimos solos mi padre y yo, a excepción de otra pareja).

En cuanto empezó el metraje, vino el continuo disfrute: buenos gags, momentos durillos, actuaciones de buen nivel (con un Luis Callejo sobervio), y muchos guiños a mi particular cultura cinéfila. Sí, al stop-motion de antaño, ese creado por Willis O'Brien o Karel Zeman, pero también a los efectos especiales y técnicas de magia cinematográfica tan obsoletas hoy en día como los animatronics o las pinturas mate (impagable ese homenaje a Emilio Ruiz del Río a través del personaje de Víctor).

Quedé tan contento con lo que vi, que al salir de la sala me puse a buscar al animador que había realizado las secuencias stop-motion de la película. Había sido Asís Merino, a quien ya he nombrado en varias ocasiones en este espacio debido a otros de sus méritos, que ha tenido el gusto de contestar a mis preguntas acerca de su trabajo en esta rara avis de la cinematografía española, y de regalarnos el montón de imágenes de detrás de las cámaras que acompañan al texto.
Adrián Encinas (AE): A día de hoy es toda una rareza que un director apueste por la animación stop-motion para desarrollar parte de los efectos visuales de su película. Para mí es motivo de aplauso, desde luego.¿Qué piensas de que la stop-motion haya quedado como algo obsoleto en el cine fantástico? 

Asís Merino (AM): Creo que con el 3D y los efectos digitales la técnica Stop Motion ha quedado como una opción más, digamos que la misma técnica, el hecho de que se note que es algo real, tangible, más orgánico, es un valor más a tener en cuenta dentro de el mundo visual que estés construyendo. En el 3D no ocurre, cuanto más te alejes de que se note que es 3D mejor. 

En el cine fantástico antes con la Stop Motion y los animatrónicos y ahora con el 3D se pretende que el espectador vea un monstruo real y se lo crea, el hecho de hacerlo con Stop Motion en vez de 3D no es lo relevante, a no ser que quieras que se note que es Stop Motion, y el 3D da menos problemas y cada vez es más efectivo. Aunque la Stop Motion tiene un resultado especial, para mi más sorprendente, más cálido, más mágico. 

En el caso de “En Las Estrellas” se pretendía rendir homenaje a esa manera de hacer cine anterior al mundo digital.
AE: Metiéndonos de lleno en el tema de la peli. ¿Cómo entraste en En las estrellas

AM: David Castro, que se mueve en estos saraos, me hizo saber de la producción y me dio el contacto. A Zoe le gustó mi trabajo y me llamó para ver la manera de colaborar. La verdad, Zoe es muy entusiasta y me gustó su idea y el hecho de que la película homenajeara la Stop Motion. 

En un principio la idea era hacer mucho más metraje, pero al final por temas de presupuesto y tiempos quedó en algo más pequeño. 

AE: Además de animarlas, ¿creaste tú las criaturas que aparecen en el film? 

AM: Sí, en realidad me encargué de todo el proceso, desde el diseño a la animación. Zoe tenía todo muy claro y fue supervisando cada fase (diseño, modelado, color y animación). Conté con la inestimable ayuda de un equipo estupendo: Manuel Molina hizo todo el trabajo de Rig (Esqueletos) para los muñecos y el Set de animación, Fernando Garrote hizo la foto, la iluminación y Eva Ramón y Gonzalo Herreras me ayudaron con los moldes y todo el proceso de construcción de los muñecos. Lo mejor fué compartir experiencia de trabajo con este equipo de gente estupenda.

En el caso del “pez monstruo” se trata de un muñeco de silicona elástica. El muñeco consta de un esqueleto de acero con sistema de bolas al que va unido una carcasa de resina a modo de exoesqueleto, y una “piel” de silicona que encaja en este. Opté por esa opción por las características del personaje en gran medida, tenia que ser una ballena gigante con labios animables (Zoe insistió mucho en los labios movibles), y partir de un modelo con detalle para conseguir ese aspecto realista. Y por otro lado, lo cierto es que ya venía de usar esta técnica con un muñeco anterior y próximamente quiero hacer un muñeco muy gordo con este mismo sistema para un proyecto personal y me vino bien como prueba / experimentación previa.

En el caso de Kong, fue partir de unas proporciones y un esqueleto que preparó Manu e ir improvisando en base al King Kong original, modelé la cara, manos y pecho para sacarlos en espuma de poliuretano y pintado con latex. Y el resto es gomaespuma y tela de pelo, me echó un cable Gonzalo y lo apañó en gran medida Eva Ramón, que tiene mucho arte. 

En un principio estaba contemplado hacer un par de dinosaurios, un cuellilargo y otro volador. Llegue a documentarme, dibujar y empezar el modelado, pero por falta de tiempo se descartó, una pena porque tenia su encanto hacerlos. 

Personalmente, como conclusión, todo funcionó bien y fue una buena experiencia técnica y de equipo. Aunque no deja de ser demasiado trabajo de preproducción para tan poco metraje. Una vez hechos los muñecos lo suyo hubiera sido animar unos cuantos planos más y haber aprovechado mejor ese trabajo previo. El problema fue lo complicado del proceso de construcción (del Pez en concreto) con poco tiempo/dinero.

AE: ¿Creaste tú los diseños y, en ese caso, cuáles fueron tus referentes? 

AM: Zoe tenía muy claro lo que quería, aparte tiene mucha pasión y cultura del cine, me enseño gente como Bruno Bozzetto y hablamos sobre King Kong y dinosaurios. También me pasó una imitación de la armadura de Kong, de la cual usamos alguna pieza. En el caso de Kong fue imitar el King Kong de 1933. 

Para el Pez Monstruo, Zoe me pasó una ilustración a color y partiendo de ahí desarrollé los diseños con su supervisión. La idea era hacer un monstruo de aspecto real al estilo cine fantástico de los 80.

AE: Que aparezca la armature de Kong en movimiento, y que tenga tanto protagonismo en el film, es todo un regalo para los que adoramos la película original del gorila gigante. Me imagino que tuviste que estudiar los movimientos de la criatura, animada hace 80 años por Willis O 'Brien, ¿no? 

AM: Sí, en realidad fue imitar todo el proceso de construcción y animación que hizo Willis O 'Brien, a nuestra manera claro. Personalmente tiene mucho encanto, como homenaje. Claro que yo dispongo de “life view” y puedo darle al “play” en directo mientras animo al muñeco, no era necesario animar a ciegas como Willis. El resultado es diferente claro.
AE: ¿Surgió alguna complicación durante el rodaje de las escenas animadas? 

AM: Realmente de rodaje fue poca cosa y no tuve grandes problemas, los muñecos funcionaron muy bien. Lo complicado fue todo el proceso de construcción. No tanto por problemas técnicos, sino por el poco tiempo. 

AE: Dada la escasísima distribución y nula promoción del film da la sensación que el dinero no era algo que sobrase en el proyecto, sin embargo en la película los efectos especiales están bien logrados. ¿Qué presupuesto había para el tema de efectos visuales? 

AM: La película tiene muchos efectos, 3D, 2D y Stop Motion, las 3 técnicas. La Stop Motion con muñecos es una técnica cara y el dinero fue muy justo. Esto implica no tener margen de reacción y tiempos muy ajustados para cada proceso, siempre surgen problemas y lo hace muy intenso. Finalmente todo funcionó bien, aunque no sé si volvería a hacerlo! 

Lo mejor siempre compartir la experiencia con gente maja.

LOS TÍTERES ANIMADOS ASALTAN EL TOPIC DE TOLOSA

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Plastilina, alambres, látex, cartón, plástico, escayola, madera y todos los materiales que uno se pueda imaginar cobran vida en la nueva exposición del Museo Topic de Tolosa. Una muestra única en la que poder contemplar con detalle a los protagonistas de películas tan importantes de nuestra filmografía animada en tres dimensiones como O Apostolo, Pos Eso, Made in Spain, Eres una caca, El soldadito de plomo o Las gemelas de la calle Poniente.
El pasado lunes 24 de septiembre dio pistoletazo de salida la que es desde ya una de las exposiciones sobre stop-motion realizado en España más importantes que se han hecho nunca. Su secreto principal estriba en una heterogeneidad de artistas, venidos de todas partes del territorio, que ha llamado incluso la atención del Festival de Cine de San Sebastián, tal y como demostró la presencia de su director, José Luis Rebordinos, el día de la inauguración.

Esta es la lista de elegidos:
  • Sam - Valencia.
  • Asís Merino - Madrid.
  • Isabel Herguera - Guipúzcoa.
  • Coke Riobóo - Madrid.
  • Cesar Díaz Melendez - Madrid/Burgos.
  • La Academia de Animación (Lula Gómez y Jordi Piulachs) - Barcelona.
  • I+G Stop Motion (Marc Riba y Anna Solanas) - Barcelona.
  • Artefecto producciones (Fernando Cortizo e Isabel Rey) -  A Coruña.
  • Algarabía Animación (Virginia Curiá y Tomás Conde) - A Coruña.
  • Citoplasmas (Eduard Puertas, Irene Iborra y Adrián Iborra) - Barcelona.
  • Cristina Vilches - Zaragoza.
  • Valle Comba - Madrid.
Ir a ver una exposición sobre stop-motion y que te reciban King Kong y Mariona. Todo bien.
Títeres animados es una exposición comisariada a cuatro brazos por la pareja de directores de animación independiente (o nadadores a contracorriente) Loudes Villagómez (El síndrome de la línea blanca) y Coke Riobóo (El viaje de Said), quienes han atestado la sala de exposiciones temporales de ese templo al títere que es el Museo Topic situado en Tolosa. Envitrinados, restaurados, e iluminados con detalle, los muñecos vuelven a cobrar vida en dos pasillos paralelos, mientras que varias pantallas nos muestran escenas de los cortometrajes, largometrajes o series que ellos protagonizan, así como a los artistas que hay detrás de su creación. 

Como testimonio atemporal, se ha editado un apañado catálogo que recoge la carrera fílmica de cada uno de los artistas expuestos, además de incluir lúcidos textos escritos por los comisarios y por José Ángel García, animador y director del Departamento de Animación del Loyola Maymount University de Los Ángeles. También hay un texto mío -algo barroco, según cuentan- que recorre de manera poco habitual el cine de animación stop-motion realizado en nuestro país en la etapa pre-Pablo Llorens: ese gran espacio de tiempo en el que se enmarcan otros titanes como Segundo de Chomón, Salvador Gijón, Adolfo Aznar, los hermanos Moro o Fermín Marimón.

Como complemento a la muestra, un par de sesiones de cortometrajes han sido diseñadas ex professo para agradar a públicos tanto adultos como infantiles; y la sala ambigú del museo se ha decorado con algunos carteles representativos de estas y otras obras del amplio catálogo de cine de animación fotograma a fotograma que, sobre todo desde hace unos veinte años, se ha ido generando en nuestro país.

Fechas: Del 24 de septiembre de 2018 al 28 de febrero de 2019.
Lugar: Museo Topic, Plaza Euskal Herria 1, Tolosa (Guipúzcoa).
Más infohttp://www.topictolosa.com/es/actualidad/610-nueva-exposicion-temporal-en-el-topic.html

 

EL DIARIO DE BITA Y CORA, AL DETALLE

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Esta semana la animación ha saltado a todos los medios de información de renombre, Guillermo del Toro ha llegado a un acuerdo con Netflix que le va a permitir terminar su película musical de Pinocho con muñecos animados foto a foto; un proyecto que por problemas de financiación había tenido que dejar en el tintero. Casualidad o no, el anuncio se ha producido en la semana en la que se celebra el día mundial del cine animado, marcado en rojo el día 28 de octubre -día que Émile Reynaud se moría de nervios en París al presentar al público su Teatro Óptico, hace ya tropecientos años-. Una semana que se está celebrando en Madrid, con proyecciones y charlas, y en Valencia, donde la UPV ha preparado una edición del Prime The Animation! donde la stop-motion está teniendo cierta supremacía.

La verdad es que Valencia sigue demostrando ser el pulmón de la animación stop-motion de nuestro país, y ya no solo porque Pablo Llorens, Sam y Javier Tostado no paren de hacer grande la técnica. El realizador Vicente Mallols y la productora Paloma Mora están empeñados en extender en el tiempo, cual bloque de plastilina sobre una mesa, un estilo de animación de muñecos que encaja perfectamente en aquello que viene llamándose family friendly. La andadura de esta pareja comenzó en hace unos cuatro años, cuando TV ON (la empresa de producción cinematográfica de Paloma) decidiera producir el cortometraje fantástico El Criptozóologo, que contó además con el guion de Fernando Cortizo (para los despistados, el director de O Apostolo); y se extiende hasta la actualidad dado que juntos han levantado una serie infantil para la nueva cadena valenciana À Punt: El Diario de Bita y Cora (En valenciano: El Diari de Bita i Cora).
"El primer germen de El Diario de Bita y Cora creo que se formó después de mi primer trabajo como animador en la serie Los Caracolímpicos", me comenta Vicente. "El formato era muy similar, capítulos de 5 minutos para un público de entre 3-7 años. Recuerdo que cuando terminé aquel proyecto pensé en cómo me gustaría realizar alguna vez un proyecto personal con ese mismo formato, destinado a los más pequeños de la casa. Con el paso de los años varias son las influencias que fueron poco a poco dejando poso en algo que después se convirtió en El Diario de Bita y Cora. Siempre me atrajeron mucho las historias de exploradores del espacio y en cierto sentido Bita y Cora son una especie de pequeño homenaje a Han Solo y Chewbacca, pero reconvertidos en chicas y con un toque más naif. Pero el punto de partida real del proyecto fue en 2015. Cuando estábamos realizando la postproducción del cortometraje El Criptozoólogo, Paloma Mora me planteó la posibilidad de preparar de nuevo un proyecto de stop motion, pero tratando esta vez de afrontar algo más ambicioso como una serie infantil. Ahí fue cuando terminé de juntar todas las piezas en mi cabeza y le presenté un primer esbozo a Paloma de lo que después se convirtió en El Diario de Bita y Cora. Desde aquel momento TV ON estuvo trabajando duro para poder conseguir la financiación necesaria y hacer de todo esto una realidad".
Vicente animando a Los Caracolímpicos, de Pancho Monleón (finales de los noventa)
Pero, ¿cómo veis vosotros de vendible una serie de animación stop-motion para niños en España? Paloma nos ilustra: "El proyecto necesito dos años previos al inicio de rodaje para poder conseguir la financiación necesaria. Una idea en si misma no se vende, necesita tener una buena biblia, con un desarrollo completo en cuanto a descripción de los personajes, un buen concept, ejemplos de guion, etc. etc. e ir presentando y sumando compañeros de viaje para llevar a cabo a la producción. El Diari de Bita i Cora como primer apoyo a IVC- Instituto valenciano de cultura-, más adelante se sumó À Punt Mèdia para la compra de derechos en valenciano para el territorio de la CV y por ultimo al distribuidora canadiense 9 STORY, fue un camino largo pero pudimos ir recorriéndolo poco a poco.y estamos muy contentos con el resultado. À Punt Mèdia apoyo el proyecto por diferentes razones pero principalmente porque lo llevaba adelante una productora valenciana, con un director valenciano y con un equipo mayoritariamente valenciano, y así ha sido, les gustó mucho el proyecto desde el principio, sobre todo teniendo en cuenta que va dirigido a un público infantil de 3 a 7 años".
Bita y Cora
Tras haber tenido la suerte de haber visto alguno de 26 capítulos de la serie, lo cierto es que uno se transporta rápido al imaginario redondeado y colorido que plantea Vicente -y mi hijo de tres años no os quiero ni contar-. Uno de los secretos: el atractivo diseño de personajes, un trabajo fino de Miguel Delicado. "Desde los comienzos del proyecto siempre estuvo con nosotros Miguel Delicado, con el que ya hicimos equipo en el rodaje de El Criptozoólogo", continua Vicente. "En aquella ocasión Miguel se encargó del diseño de personajes, decorados y también de realizar el story board. En esta ocasión, la idea era que se pudiera hacer cargo también de toda esa parte, pero Miguel andaba envuelto en otros proyectos y era imposible que pudiera realizar todo el desarrollo visual de la serie, así es que decidimos crear un equipo. Contactamos con los Gallego Bros, un estudio de Alicante con amplísima trayectoria en el diseño y desarrollo de concepts para series, aunque esta era la primera vez que trabajaban para un proyecto de stop motion. Así que con Miguel y los Gallego formamos el tandem perfecto. Al principio nos pareció complicado de gestionar el hecho de trabajar con dos equipos distintos en el desarrollo de un mismo proyecto pero lo que hicimos fue separar los mundos a los que hace referencia la serie. De ese modo Miguel se encargó de la parte 'terrícola' diseñando el personaje principal, Bita, y todo el entorno que le rodea: la nave, Marvin y su compañera Cora. Al mismo tiempo los Gallego Bros se encargaron de dar vida a la parte alienígena. Diseñaron todos los Elms y el entorno en el que viven, el planeta Pruna. Una vez todas las partes estuvieron definidas, los Gallego Bros se encargaron de adaptar los diseños de Miguel Delicado y unificarlos dentro de un mismo estilo para que acabaran perteneciendo al mismo mundo estilístico".

Ese currazo de diseño trajo consigo que por fin tenga un personaje animado al que admirar cuando me como un trozo de ese culmen de la cocina italiana que es la pizza con piña (alguno seguro que acaba de dejar de leer en este punto). "Teníamos claro que había que darle pequeñas pinceladas al diseño del personaje para quitarle seriedad y darle cierto toque gamberro, así es que Miguel propuso añadirle esas chapas y pins en el traje, y alguno más que se eliminó para no hacerlo demasiado recargado. El otro detalle de diseño que complementa ese carácter es algo de lo que soy fan absoluto y es del diente partido que tiene Bita".
Tras el OK definitivo por parte del director, los muñecos tienen que crearse, una labor que en el caso de esta serie fue realizada por un equipo de artistas comandado por Natalia Ramírez en el que entraban tanto los model makers, los constructores de decorados y las ingenieras de las estructuras internas de los muñecos. Una de ellas fue Sonia Iglesias, probablemente la mejor esqueletista del país tras haber pasado por films tan importantes para la stop-motion como La vida de Calabacín oIsla de perros. Sonia trabajó para la serie desde su taller gallego, diseñando, construyendo y enviando las armatures de los personajes principales de la serie: tres copias de Bita y dos de Cora. Aunque la labor de la creadora de esqueletos nunca se termina ahí, se mantiene en stand by por si algún muñeco tiene que ser reparado. Todo esto lo sé porque me lo cuenta la propia Sonia, quien considera "la labor de mantenimiento muy importante durante el rodaje; creo necesario el puesto de un Model maker con conocimientos, dado que en el medio de una escena siempre puede haber cualquier tipo de problema, ya sea reparación de silicona, ajustar la soldadura de una pieza o abrir los rigs correctamente". 

Preguntando a Sonia por las diferencias de trabajo entre las producciones en otros países y en España se sincera: "Si hablamos de materiales, he utilizado los mismos joints y he seguido el mismo proceso de trabajo que en otras producciones. Podríamos decir que la calidad de las estructuras es la misma, aunque en España los tiempos de entrega son más ajustados y los presupuestos más bajos, por lo que no se permite ir tanto al detalle".
Armature de Cora
Armature de Bita
Para la animación propiamente dicha el plantel de spanish stars no se quedó corto: David Caballer, Teresa Pérez, María Ribas, Sergio Lara, Enrique Giner, Iván Sarrión, César Díaz, Iñaki Carbonell, Markus Mayer y Manuel Rubio; quienes acumulan una cantidad ingente de trabajos de animación stop-motion que va de la serie valenciana Doc Franky al último largometraje animado de Tim Burton (Frankenweenie), pasando por Anomalisa, Cavernícola, Pos Eso, y un larguísimo etc. De esa labor de animación me llamó mucho la atención el uso de unas bocas intercambiables en 2D que se integran curisamente a la perfección en la tridimiensionalidad de los muñecos. "El sistema de animación de bocas a base de pegatinas fue una de las cosas que tuvimos claras prácticamente desde el principio", comenta Vicente. "Veníamos de realizar una postproducción bastante costosa en El Criptozoólogo para retocar y eliminar todas las uniones de las bocas y teníamos claro que para poder ser productivos en la serie debíamos ir hacia otro camino. El estilo de los diseños me pedía que no fueran bocas con volumen pegadas en la cara (al estilo Clay Kids, por ejemplo) si no mantener la frescura del diseño original en 2D, así es que optamos por las pegatinas y la verdad es que estamos muy contentos con el resultado. Si que es cierto que hay personajes con las bocas bastante grandes y eso hace que siempre recojan algún brillo pero fue algo que asumimos como parte del estilo".

Sobre estas líneas, los animadores: María Ribas, Teresa Pérez, Iván Sarrión, Iñaki Carbonell, Sergio Lara y César Díaz.
Entre ese listado de actores de muñecos me he dejado uno adrede. Todo porque merece un redoble de tambores... con todos ustedes: Pablo Llorens. "Lo que me atrajo fue ponerme a prueba en un equipo de jóvenes y fenomenales talentos y trabajar puramente como animador sin tener que pensar en mil cosas y sin mas preocupaciones que cumplir los objetivos del director Vicente Mallols (aunque a veces no pude evitar marearle con propuestas que se me ocurrían)", me escribe por el chat de Facebook el ganador de dos Goyas.

Aprovecho para preguntarle por cómo es un día normal de trabajo para un animador. "Llegas a tu hora puntual y si tienes un plano inacabado del día anterior solo tienes que esperar a que el equipo de cámara y luces te diga que puedes empezar. Si no tienes nada pendiente te sitúas en el perímetro del director y le haces saber que estas listo para recibir un nuevo plano. Según como lo lleve el equipo de dirección ese nuevo plano puede estar ya definido, encuadrado, iluminado, con los muñecos y props en su sitio y resuelto técnicamente, pero otras veces la saturación de trabajo hace que tengas que esperar o colaborar en resolver cosas, comprobar si los muñecos están en forma, proponer soluciones si aun no esta todo claro etc... A veces, sobre todo al principio, podías quedarte sin muñeco operativo por estar todas las copias ocupadas o estar averiado, con lo que a veces me ofrecía al departamento de props para colaborar modelando algo. Cuando ya entras en el set, Vicente te explica el plano, te da la pista de audio que marca la duración, te desea suerte, se va a otro set a repetir el proceso y tu te quedas solo para concentrate al máximo y no meter la pata en nada. Cuando acabas y te dan el ok copias los frames en un pendrive que llevas al equipo de postproducción junto al fragmento del story que corresponde con el plano que has animado y notificas a dirección que estas disponible".
Pablo Llorens posicionando a Bita
En esas fases finales de pospro también entra el trabajo de música y sonorización, algo por lo que siempre he sentido bastante atracción, por aquello que de que el sonido es el que realmente me teme en la película, pero confieso que tengo un total desconocimiento por estas tareas dentro de una producción animada. Para suplirlo hablo con José Serrador, el sonidista de la serie, quien comienza instruyéndome en las diferencias de su trabajo para una producción en imagen real y una para animación. "Son dos conceptos completamente diferentes, en la imagen real el sonido viene condicionado por unas condiciones de rodaje que en cierta forma obligan a realizar un tratamiento acorde con esa toma. En la animación es un lienzo en blanco donde comenzamos a crear desde la nada.

La forma de trabajo en el diseño de sonido no difiere mucho, ya que enfocas el trabajo prácticamente de la misma forma, pero si es cierto que la animación te da mayor libertad a la hora de crear, aunque nunca hay que olvidar que lo que manda es lo que tienes en pantalla y al final la imagen determina el trabajo que debes hacer. Lo que si que es cierto es que en una película de actores el 60% ya viene hecho en animación debemos hacerlo todo, y ese también es un reto muy apasionante ya que te exige un ejercicio de creación maravilloso. El diario de Bita y Cora ha sido un trabajo apasionante desde el punto de vista creativo, generar un planeta, dar vida los Emls a Cora y a Bita ha sido todo un reto".
Parte del equipo viendo el previo de uno de los capítulos
El trabajo de efectos de sonido se creaba una vez que los animadores habían terminado su trabajo, en función de cómo han dado vida a los personajes, de su forma de moverse, de expresar y en definitiva de actuar. José me confiesa que los animadores no se lo pusieron nada fácil, "y ese reto me divertía más y sacaba lo mejor de mí. No hay que olvidar que el stop motion es una de las disciplinas mas difíciles dentro de la animación y hay que intentar estar a la altura para no desentonar.

En una serie hay una cantidad de efectos que se van reutilizando a lo largo de la misma, como pueden ser los ambientes donde se desarrollan las acciones, o escenarios, que se van repitiendo a lo largo de los capítulos. En esto si ha habido un trabajo previo de ambientación y de generar esos espacios. También hay muchas acciones que identifican a un personaje a lo largo de una serie, gestos, pestañeo, movimientos, que dan la personalidad al mismo, que se van repitiendo, para que nos identifiquemos con el. Todo lo demás: acciones puntuales, efectos que se crean ex-proceso para cada capitulo, etc. depende mucho de lo que te envían los animadores y lo que debes hacer es acompañar su trabajo y reforzar esas particularidades que le han dado en cada acción. 

Esto, y creo que es una opinión personal, cada personaje tiene mucho que ver con el animador que lo ha creado y debes conseguir captar ese espíritu. El como se encuentran los efectos apropiados, es una tarea 50% observación, 50% dejarse llevar. Cuando el animador crea el personaje ya trata de dotarlo de una personalidad y nuestra obligación es darle esa personalidad sonora, buscar lo que ha querido el animador reflejar de el mismo, hacer ver cuando el personaje esta feliz, perplejo, alegre, enfadado".
Celia Benavent (directora de foto) y Nuria Robles (ayudante de dirección)
En total para la producción se necesitaron 58 profesionales, convirtiendo el proyecto en uno de los más importantes de animación stop-motion realizado en el último lustro en nuestro país; y en el que Vicente ha tenido a más gente a su cargo. "En mi caso la dirección en cuanto a responsabilidad y envergadura ha ido en progresión. Dirigir un capítulo de Clay Kids era complejo e implicaba a mucha gente alrededor, pero de alguna manera no estabas sólo, te sentías protegido bajo el paraguas de una estructura más grande que estaba por encima de cada director de capítulo. Se trataba de un proyecto en el que estaba prácticamente todo definido y por encima del perfil de cada director, se encontraba el del director de la serie que era quien guiaba todo el proceso. El Criptozoólogo supuso un salto ya que todo el equipo y la dirección del proyecto dependía de mí, pero, al tratarse de un corto, la medida no era comparable. Sin duda este ha sido el trabajo más complejo, donde he trabajando con más gente a mi cargo y además donde he podido trabajar desde los mismos inicios del proyecto en todas las fases del proceso".
Vicente a punto de sentarse a la mesa
Una progresión ideal para enfrentarse a jornadas tan duras como las que Vicente me comenta. "El día a día de un director es bastante frenético, ya que son muchos los frentes que se tienen abiertos simultáneamente y que normalmente requieren una respuesta bastante inmediata por parte del director. El día siempre arranca con un recorrido por todos los sets donde los animadores reciben las instrucciones por parte del director para poder afrontar el plano. Esa es una de mis partes preferidas de este trabajo. En gran medida es como estar trabajando con actores y actrices. Esa tarea de explicar el acting que luego los animadores han de trasladar a los muñecos siempre me ha parecido fascinante y muy divertida. Una vez los animadores están listos, normalmente hay que repasar tareas y revisar trabajos realizados en taller y postproducción y tener pequeñas reuniones con cada parte, ya que ambos departamentos se encontraban en el estudio donde rodamos la serie. Todo esto se solía combinar prácticamente cada día con la supervisión periódica de guiones, story boards, música, mezclas de sonido, etc… Han sido muchos meses de trabajo sin descanso, pero ha sido muy satisfactorio al mismo tiempo".

Desde luego que es para sentirse satisfecho, el producto cumple con lo que promete más de sobra y de hecho deja ganas de que haya cierta continuidad que parece más que plausible. "Lo cierto es que estamos muy contentos porque la maquinaria ya ha empezado a ponerse en marcha. Ya contamos con una parte de la financiación aprobada por parte del Institut Valencià de Cultura y por otra parte en estos momentos la productora se encuentra en negociaciones con TVE ya que hace poco, dentro del marco del festival 3D Wire, TVE anunció que tiene la intención de apoyar también una segunda temporada de la serie. Así es que la cosa parece que va en buena dirección, y no me queda otra que entonar lo que siempre dice nuestro querido David Caballer: '¡Viva la animación!'".
Cora, Paloma, Bita y Vicente parece que se lo pasan fatal.

THE TOWER, UN DRAMA DE CIMIENTOS FRÁGILES

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A través de la mirada de los niños nos podemos acercar a grandes problemas de nuestra sociedad desde una perspectiva diferente. Esta premisa la tiene muy presente el cine de animación, tal y como ha dejado perfectamente reflejado en joyas incontestables como La tumba de las luciérnagas o La vida de calabacín. Pero no es esta una fórmula infalible de éxito.
Gracias a Mi primer festival de cine, este fin de semana se pudo ver en Madrid el debut en el largometraje del noruego Mats Grorud. The Tower nos acerca a la vida de una familia de palestinos refugiados en el Líbano a la que pertenece la joven e inocente Wardi. Una enfermedad grave hará que su bisabuelo le entregue la llave que guarda desde hace décadas con la esperanza de volver a abrir la casa que cerró en Palestina durante el Al Nakba, día que los israelíes iniciaron el éxodo palestino. Un anhelo tornado en imposible.

Sin embargo lo que ese trozo de metal sí que abrirá serán las duras historias de todos los miembros de la familia de la niña, las cuales representan, a modo de flashbacks en animación 2D, algunas de las vivencias de los palestinos con los que Grorud pudo convivir en su estancia de un año como profesor de animación del campo de refugiados de Bourj el-Barajneh. Es en este hilo documental en el que el ritmo y tono del film pega los mayores altibajos, llegando a tocar suelo cuando se rememora la historia de un niño que es asesinado por un balazo. Ese exceso de drama con nula base argumental nos impide conectar con los personajes, pese a los esfuerzos que hagamos por no prestar demasiado detalle a una animación bidimensional absolutamente desfasada.

Si bien el trabajo de arte en la historia principal tampoco es la quintaesencia de la animación stop-motion, debido principalmente a un poco acertado diseño de personajes, sí que es posible disfrutar de ciertos logros como la fluidez en los movimientos de los muñecos, los encuadres arriesgados y su realista ambientación en miniatura.

NOS CONCENTRAMOS EN LA BELLEZA DE LOS CONTRARIOS

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Por los contenidos de este blog cualquiera podría pensar que recibo algún tipo de subvención de la Generalitat Valenciana. Nada más lejos de la realidad (miro las cuentas asiduamente y no he tenido ese gusto). Lo cierto es que últimamente en Valencia y alrededores se vienen realizando trabajos de animación stop-motion de tal calidad que no puedo dejarlos pasar por alto. Y cuando digo “últimamente” me refiero a los últimos veinte años…
Hace ya más de dos meses la banda indie española (aunque de independiente ya tiene bien poco) Izal sacó en redes el videoclip del tema La increíble historia del hombre que podía volar pero no sabía cómo, el más potente de Autoterapia, su último disco. Se trató de un cuidado trabajo de animación de muñecos cuya experiencia de visionado dejaba entrever una paciente labor a la hora de encajar con sentido audiovisual cada una de las frases que componen la letra de la canción.



Manuel Rubio fue el encargado de hacer realidad este videoclip de factura técnica 9,5 (el 10 es mejor no darlo nunca, al menos eso era lo que me decían los profesores de la escuela de Caminos…), siendo este su primer gran trabajo en la dirección de una producción de muñecos animados; paso coherente tras llevar más de dos lustros trabajando como animador en producciones españolas y de países tan lejanos entre sí como Noruega o Estados Unidos. “Por ser la primera vez que me enfrentaba a dirigir un proyecto de esta magnitud, con un equipo numeroso y experimentado, el inicio de la producción fue duro, pero cuando vi los primeros planos animados, y comprobé que iba quedando como planifiqué, pude empezar a disfrutar más del proceso”.
“El proyecto me llegó inesperadamente de la mano de la canción”, me comenta Manuel cuando le pregunto por el origen germinal del clip. Sin embargo, ante mi cara ojiplática, me lo explica algo más en profundidad. “La productora encargada de realizar los vídeos del grupo [AfterliVe] me mandó la canción diciéndome que les gustaría realizar un vídeo animado parecido a los ejemplos que tenía en mi vídeo de demostración en YouTube.


“Desconocía en ese momento al grupo y al tema, pero el flechazo fue instantáneo y mi cabeza estalló en ideas desde la primera vez que la escuché. Ya había trabajado en variados cortos, series y películas, aunque siempre me han fascinado los vídeos musicales no había surgido la posibilidad; siempre pensé que era difícil seleccionar una canción que me gustará y además que el artista quisiera producir el vídeo animado. Y, sin buscarlo, la canción ideal me llegó en el momento ideal”.
Así que gracias al encargo de AfterliVe, Manuel creó el estudio Hiru Animation y contrató a un genial grupo de artistas para los diferentes departamentos de la producción. “Sé que suena a lo típico que se suele decir, pero en esta ocasión es muy cierto, he sido muy afortunado de contar con el talento y el esfuerzo de grandes artistas, la mayoría de ellos locales con nivel internacional”, dice Manuel con el pecho henchido.
Foto de familia del equipo de Hiru Animation y los miembros de Izal.
La realización completa del videoclip llevó en total 4 meses, desde la concepción y guion, obra del propio Manuel y de Ángela Notario, hasta las labores últimas de postproducción, llevadas a cabo por Álvaro Alonso, experimentado español en estas lindes que en los últimos tiempos ha colaborado en largometrajes stop-motion del estudio noruego Qvisten (como El bosque de Haquivaqui o Solan og Ludvig: Herfra til Flåklypa). Tiempo más que ajustado que daría lugar a lógicos roces (algunas de las personas involucradas en esta producción no han querido contestar a mis preguntas por ello).
Manuel Rubio fue consciente de esas limitaciones temporales, sobre todo en las fases iniciales del proyecto. “La mayor dificultad fue la planificación: diseñar todo desde cero en el tiempo tan ajustado que teníamos y después llevar a cabo la construcción de todos los elementos del rodaje”. La aprobación por parte de los integrantes de la banda de sus respectivos modelados en versión muñeco, sería una de las primeras cimas a subir. “Con algunos acertamos a la primera, pero en especial recuerdo que la (cabeza) de Mikel, el cantante, tuvo que repetirse en diferentes ocasiones. A veces me daba por pensar qué pasaría si no llegáramos al punto en el que la persona estuviera satisfecha con su muñeco; pero finalmente, con paciencia, y las experimentadas manos de la modeladora Natalia Ramírez, conseguimos llegar hasta casi la perfección con los cinco integrantes de Izal”.
 Barbudos: Manuel Rubio y las microversiones espaciales de los componentes de Izal 
Desde los inicios de todo este lío trabajó el equipo de taller comandado por Luis Vázquez, quien me reconoce que la experiencia fue “un no parar desde el primer hasta el último día, al principio por tener los muñecos listos para empezar a animar y hacia el final por terminar decorados a marchas forzadas para que el rodaje no quedase parado y pudiéramos cumplir fechas. Pero sobre todo [tuvimos jaleo] a partir del momento en que comenzaron los animadores, pues fue entonces cuando el trabajo de construcción de nuevos decorados se solapaba con el de mantenimiento y reparación de muñecos, la preparación de sets antes de cada plano... Vamos, una locura, así que como jefe de taller tenía que hacer puestas en común con dirección en temas de diseños y fechas, así como enfrentarme cada día a la tarea de organizar, supervisar, construir, pero, sobre todo, asegurarme de que se llegaba a tiempo con todo para así no retrasar al resto de departamentos”.
“Afortunadamente conté con un estupendo equipo de taller, con Natalia (Ramírez), Sara (Arnau), y más tarde Pau (Gimeno), y juntos conseguimos sacar un volumen de trabajo que al principio parecía imposible de realizar”.
Sara Arnau y Natalia Ramírez trabajando en el escenario naíf de la batalla final
Me gusta especialmente el trabajo que hizo el equipo de taller con ese estilizado cohete, base que me da pie a preguntarle a Luis por ello, así como por qué otros elementos, de los que aparecen en pantalla, se encargaron de crear en formato físico. “Prácticamente todo lo que ves. Aunque se haya retocado en mayor o menor medida en postproducción (y ya te digo que la gente de postpo se ha pegado un currazo impresionante). Casi todo tiene una base construida físicamente. Lo primero que se construyó fue la nave para los planos en que se ve volando por el espacio, era un modelo a pequeña escala, que ha dado mucho juego y que se aprovechó para un montón de tomas”.
“Luego el interior de la nave, que realmente no es uno, sino tres sets (en uno de los cuales incluso participó Pascual Julián). Después dos secciones del exterior de la nave a escala de los muñecos para los planos en que interactúan directamente. Y por último los dos exteriores generales, bastante grandes ambos, y uno de ellos (ese donde se desarrolla la primera parte del videoclip) además requirió mucho trabajo por la cantidad de trastitos (monitores, torres de pc, televisores...) que había que construir y apilar hasta conseguir esas montañas de 'basura tecnológica'. Como curiosidad te diré que construimos esos elementos amontonados en tres escalas diferentes, con el objetivo de crear mayor efecto de profundidad al colocar las montañas con los objetos a escala mayor en primer plano y aquellas hechas a escala menor al fondo, y posteriormente en postproducción se multiplicaron esos montones para aumentar su tamaño y número y así componer un paisaje mucho más recargado con muchos más niveles de profundidad”.
Entre el equipo de manitas con el que contó Luis destaca la presencia de la modeladora Natalia Ramírez, encargada de llegar a ese acabado en las cabezas de los músicos que recuerda al look realista que tenían los personajes de O Apostolo, la película de terror stop-motion gallega dirigida por Fernando Cortizo en la que Manuel Rubio trabajó como animador. La artista utilizó, según me cuenta, plastilina J. Herbin de dureza 60 en el trabajo de escultura y, una vez se aprobaron los diseños definitivos, las cabezas fueron realizadas en látex y pintadas con esmero por Óscar Rodríguez.
Para la realización más interna de estos juguetes para adultos (¡ojo con esa mente calenturienta!) se contó con la presencia de la esqueletista, o armature maker si utilizamos el término internacional, Sonia Iglesias. Ella es quien me cuenta que “estos puppets no tienen esqueleto de ball and sockets. Se hizo un ajuste de diseño en base al presupuesto, por lo que los esqueletos que hicimos eran de alambre con partes intercambiables, brazos, manos, piernas. De esta forma, si se rompía una pieza durante el rodaje podía ser sustituida sin tener que cambiar todo el muñeco. Las distintas partes del cuerpo tenían su propio molde; manos, pies y cabeza están hechas en silicona. En el pecho y cadera los muñecos tenían las conexiones internas para los rigs que les permitían ser animados en los caminados y las escenas dónde flotaban. Asimismo, también realicé un rig vertical que se utilizó para animar al personaje que se perdía en el espacio”.
El arte que no se ve: los rigs de Sonia Iglesias
En cuanto a la estructura facial interna, es decir, el entramado de materiales que permiten que los muñecos puedan abrir y cerrar la boca, o mover los párpados, sin perder en ningún momento de la manipulación foto a foto sus características fisionómicas globales, el equipo de taller tuvo que ingeniárselas a partir de materiales sencillos y baratos, como bolas de poliestireno, alambre de animar y masilla, además de “mucha paciencia y una gran dosis de buena suerte, pues tampoco nos podíamos permitir un proceso de prueba error que se alargase demasiado”, me indica Luis. “Afortunadamente todo funcionó bien casi a la primera y aguantaron sin problema todo el rodaje”.
Resulta curioso escuchar lo que les viene a la cabeza, a quienes trabajaron con los muñecos día a día en la fase de animación, cuando les saco el tema: “eran impresionantes de aspecto y sencillos en sus tripas. Las caras lucían bien pero no permitían grandes cambios de expresión” (Pablo Llorens), “los muñecos son una pasada para ser de alambre, subieron parte de las escaleras sin rig” (Teresa Pérez), o “me llamó mucho la atención que fueran tan grandes. Esa altura les daba cierto cimbreo, pero nada grave. La verdad es que el equipo de taller les dio a los muñecos una calidad que yo pocas veces antes había tenido el placer de manipular” (Iñaki Carbonell).
Natalia Ramírez y los primeras pruebas de modelado facial
Natalia también sería la encargada de la cara de Bowie que hace su mágica aparición al final del videoclip. “La verdad es que fue un trabajo rápido en la trayectoria final del rodaje. Fue un modelado directo sobre una base de plastilina normal, la de Jovi, falseando un poco el volumen a modo de relieve. La imagen más llamativa sería la icónica de David Bowie con el rayo pintado, y también nos viene a la cabeza, de lejos, la luna de Méliès, pero vamos se trataba de representar a Bowie dentro de la narrativa del videoclip. La magia buena es la de Ivan Sarrión, que se encargó de dar vida a eso”.
Natalia y el Duque Blanco
Iván Sarrión, ese gran talento del stop-motion merecedor de mayor reconocimiento, sería el más ocupado de los cuatro animadores de muñecos que trabajaron en el proyecto (además del propio Manuel Rubio que se encargaría de alguno de los planos). Como adelantaba, entre ellos estuvo el excelso Pablo Llorens, que en sus dos días hizo el plano en el “que uno mueve la boca y las manos dando la chapa al que está en primer plano”, o la más joven, pero también sobradamente experimentada, Teresa Pérez, que en una semana se encargó de los planos en los que Mikel sube por las escaleras de la nave al principio del videoclip.
Iñaki Carbonell, por su parte, que animó a doble turno junto a Iván durante la última semana de rodaje (principalmente toda la última secuencia, en la que la nave se estrella y los astronautas se enfrentan al malo), tuvo algo más de tiempo para atenderme y me contó a fondo su experiencia intensa en el rodaje. “Al ir solo la última semana, la verdad es que mis días fueron un poco caóticos, pero me puse a disposición de Manu desde las 8 de la mañana hasta las 23 de la noche, dependiendo de las exigencias concretas de cada día. Normalmente esperaba a que Isa (de la Torre, dep. fotografía) hiciera su magia con la luz, Manu me daba instrucciones, siendo siempre muy receptivo a sugerencias, que luego contrastábamos con Ángel (Alonso, dep. postproducción), y me animaba cuántos más planos mejor de una misma secuencia o de un tiro de cámara parecido. Y luego una cerveza, claro. O dos”.
Iván Sarrión ajustando las pupilas de los muñecos
Un trabajo animado que era complementado, más bien coordinado milimétricamente, con el departamento de fotografía. Este lo componían Isabel de la Torre y Celia Benavent, expertas en el uso de cámaras e iluminación para producciones a pequeña escala que realizaron un trabajo de iluminación excelente que impide que se “note”, como pasa en producciones stop-motion de nivel amateur, que los personajes se mueven entre escenarios miniatura.
Celia, que ha terminado recientemente su trabajo de foto para el cortometraje Metamorfosis, otra producción valencia de especial pendiente de estreno, sacó un rato este pasado finde para atenderme al teléfono. “Tal y como pasa en otras producciones de stop-motion que no tienen un director de producción ni una financiación tremendamente alta como para hacer horarios y montar muchos sets, yo solo acudía a la producción del videoclip cuando había un plano que animar. Es decir, no era como en Clay Kids o en El Diario de Bitay en las que tienes que estar ahí cumplir con una jornada y al final de tu horario te vas, sino que igual te llamaban a las 10 de la mañana para preparar un plano a las 12, que igual te llamaban para a las 7 de la tarde para que estuviera listo el set a primera hora del día siguiente”.
Preguntándole por la iluminación tricolor de los planos del interior de la nave me ilustra sobre una de las bondades que ofrece Dragonframe, el software específico más utilizado para realizar animaciones stop-motion: la posibilidad de obtener cada uno de los fotogramas con diferentes exposiciones de luz y color, realizando la animación de la secuencia solamente una vez. Una vez se termina la fase de animación, “el director decide en postpo si meter o no esa luz y con qué intensidad, o si va dimerizado o no, es decir, si va aumentando o disminuyendo la intensidad de color o de luz”.
Sin embargo, para Celia uno de los mayores desafíos superados con éxito se produjo en el exterior del casco del transbordador espacial. “Yo creo que con lo que de verdad acertamos, y que en cuanto a luz hicimos un curro chulo, son los planos en los que rigueamos la cámara y la nave, es decir, lo pusimos en una misma estructura, que toda ella daba vueltas sobre un giratutto y las luces exteriores daban la sensación de que la nave giraba en el espacio”. Una idea ingeniosa que me indica que se les ocurrió viendo vídeos en YouTube de lanzamientos amateur a pequeña escala, pero que luego ella recordó haberla utilizado, en sus inicios como foquista de cine de imagen real, para un anuncio de coches.
Alejandro Jordá, batería de Izal, es todo un fan del cine de animación (hecho).  
Además de animación de muñecos y de plastilina, Manuel Rubio tuvo a bien contratar a su amigo César Díaz (Cesarlinga) para que realizase los planos del ente maligno mediante animación de arena sobre cristal; técnica de animación bajo cámara de la que Díaz es un absoluto fuera de serie (tal y como demuestran la pila de premios que ha recibido por ello). Durante dos semanas de curro sin descanso, César trabajó de forma independiente al del resto de animadores de forma que se tuvo que coordinarse, perfectamente, con las animaciones de muñecos realizadas en la base central de Hiru Animation. “Me iban pasando planos ya terminados y con el software Dragonframe podía ponerlos en pantalla con un poco de transparencia y así tener una referencia para ajustar la animación a la acción”, me ilustra César. “En algunos casos, por las prisas, animaba yo primero, guiándome por el storyboard y después ajustaban ellos”.
Del trabajo de Cesarlinga, dos planos en particular me parecieron especialmente destacables por su enorme potencia visual: El momento en que la sombra muestra su cara al tomar prestado el sol del planeta misterioso; y cuando se produce su desintegración por los haces de luz de colores. Curiosamente fueron “los planos que más disfruté animando”, me sorprende César. “En el primero por mostrar la cara de la sombra por primera vez y por el estilo de animación sucio, donde todo vibra y no hace falta ser sutil con pequeños detalles, y en el segundo porque lo realicé soplando un poco la arena en cada foto a la vez que lo animaba, lo que le da más sensación de desintegración”.
César y el alucinante malo de la función
Antes de lanzar el video a las redes llegó el momento de que los integrantes de la banda se sentasen frente al trabajo con el que Manuel llevaba obsesionado los últimos meses. “Ellos no esperaban un videoclip tan completo y tan trabajado. Les ha impresionado mucho”, me cuenta relajado Manu. “Es la primera vez que se sienten completamente satisfechos con un trabajo visual sobre una de sus canciones”. Hasta tal punto llega el nivel de satisfacción que el equipo de Hiru Animation ha seguido trabajando en visuales para la banda que verán la luz en la gira de conciertos que arranca el A Coruña a finales de este mes.
Toda esta cantidad de trabajo dio como resultado un breve, pero intenso, vídeo musical que podría haber tornado su happy endingen algo mucho más oscuro si Manuel Rubio llega a tener demasiado en cuenta a César: “Yo quería que todos murieran al final… pero no me dejaron”, bromea el bajista del Combolinga.
izal
Las más de 400 mil visitas del vídeo en YouTube, y su nominación a los Premios Quirino de la animación iberoamericana, dan recompensa y aliento a esa fuerza joven, prometedora y entregada, que genera de forma continua una producción animada en stop-motion de calidad desde el centro de la costa levantina. Frase tirada al aire en la que está de acuerdo Iñaki Carbonell, que con conocimiento de causa añade que “la experiencia acumulada por estos (jóvenes) valencianos es ya digna de veteranos. En mi última estancia de una semana, ni siquiera me dio tiempo a visitar a todas las productoras en activo, pero doy fe de que Pangur y Engranaje están a tope. Y por lo que me cuentan Inspira Animation no para, y TV On está cerca de arrancar la segunda temporada de Bita y Cora. Y me dejo productores de la talla de Pablo Llorens, Sam o Rubén Garcerá, que andan todos con proyectos personales. Da gusto tener una industria un poco descentralizada (y te lo dice un madrileño). Ojalá surgieran más productoras no necesariamente en Madrid o Barcelona, y que las de Valencia sigan este rumbo tan prometedor”.

ENTREVISTA A TIM ALLEN, DOMADOR DE PEQUEÑOS PERROS

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El pasado viernes, 8 de febrero, se dejó caer por Madrid Tim Allen, animador internacional especializado en stop-motion. La excusa, buenísima, era la presentación en la metrópoli de la inminente edición de la Muestra internacional de cine de animación de Cataluña/Lleida, Animac; llevada a cabo por su directora, Carolina López, en una eficiente visita. La edición no debería ser baladí para los lectores de este blog, pues entre los invitados hay gente de la talla de Peter Lord, Katarina Lillqvist, Mark Osborne, Screen Novelties, Vicente Mallols, Rodolfo Pastor, Petra Steinmeyer, Sonia Iglesias, Chris Lavis, Maciek Szczerbowski y un largo etcétera.

Tim Allen ha tenido la suerte, conseguida mediante constancia y esfuerzo (ojo a los neoliberales que os veo que os estáis tocando), de trabajar en películas tan importantes para la animación stop-motion como son La novia cadáver (Corpse Bride, Tim Burton, 2005), Pedro y el lobo (Peter and the Wolf, Suzie Templeton, 2006), Fantástico Sr. Fox (Fantastic Mr. Fox, Wes Anderson, 2010) o La vida de Calabacín (Ma Vie de Courgette, Claude Barras, 2016).

Tras el vídeo de presentación de Animac, Carolina López dio paso a Allen, quien durante una hora y media dejó muda a la audiencia de Matadero. Su éxito estribó en narrar, con gracia y sin pausa, el proceso creativo de muchos de los planos que le había tocado animar en la última película de Wes Anderson: Isla de perros (Isle of dogs, 2018). El gusto por el detalle y la perfecta simetría del plano por parte del director de chaleco de pana, seguro que casi lleva a tirarse por la ventana a alguno de los animadores de la peli; pero Tim sobrevivió y se hizo más fuerte.
Tim tuvo que animar con pinzas a los micropuppets de Fantástico Mr. Fox
Empecemos por el principio. ¿Dónde y cuándo naciste?

Nací en Aldershot, Inglaterra, en 1977. Pero empecé a animar antes…

Jajaja, ¿en el utero?

¡Claro! Ya estaba animando antes de que me concibieran.

¿Cuándo decidiste dedicarte profesionalmente a la animación?

Nunca había considerado que la animación podía ser una carrera hasta que, con 18 años, en el momento de buscar estudios en universidades, me topé por accidente con un curso de modelismo. Cuando estaba a punto matricularme alguien sacó su cabeza por la puerta y dijo: “¿hay alguien interesado en hacer un curso sobre cine de animación”. Y entonces pensé: “¿realmente puedo hacer ese curso?”, e inmediatamente me enamoré de la idea. Y eso fue todo. Me llegó la suerte en el momento justo.

Pero lo cierto es que la animación stop-motion ya estaba en mi de antes, pues desde que era pequeño yo adoraba la serie de televisión El viento en los sauces (Wind in de Willows), y de más mayor la película Pesadilla antes de Navidad (Nightmare before Christmas), y cosas por el estilo. De hecho, llegué a estar obsesionado con El viento en los sauces, pero nunca me paré a pensar en la gente que estaba involucrada en su realización. Y entonces pensé: “ey, yo puedo hacer eso”. La verdad es que me vi en un momento en el que tuve que decidir a qué dedicarme, y viendo que quedaban cuarenta años de carrera profesional, quería que fuera algo que me gustase.

¿Cómo adquiriste tus habilidades como animador?

En el curso de animación stop-motion nos enseñaron que para que los muñecos se movieran solo había que utilizar un poco de polvo de hadas.
Tim aprendiendo animador. Milenio pasado.
Estoy especialmente interesado de que me cuentes acerca de tu trabajo para Ealing Studio, dado que soy un gran fan de la serie El Nombre.

Fue un momento alucinante para mí. Tras llevar dieciocho meses tratando de encontrar trabajo fue genial encontrar finalmente un puesto en un estudio de animación. Recuerdo la audición en la que me dijeron como querían que fuera la calidad de la animación, que debía ser delicada, pero sin pausa. De hecho, llegué a realizar 24 segundos en un día, debido a que la calidad no hacía falta que fuera demasiado alta. Sin embargo, al ser una serie de muy muy bajo presupuesto, era una serie sin director de animación y con dos animadores realizando el movimiento de los muñecos con esqueleto de alambre. Era una serie sin grandes pretensiones para educar, sino más bien se buscaba ganar dinero, pero logrando una serie que fuera entretenida. Así que no había mucho componente educativo, sino pura acción y chistes malos. Pero sí que me hubiera gustado tener un director de animación y esqueletos de ball & socket para los personajes principales, quienes tenían una estética de tosquedad encantadora, como yo lo defino.

Pero lo bueno era que los personajes tenían una personalidad genial y unos diálogos divertidos, que hacía que fuesen muy queridos; incluso siendo la animación muy limitada: sin sincronización labial, sin parpadeos…

Algo que entiendo que fue ideal para empezar en el terreno animado, ¿no?

Claro. De hecho, como te digo, tenía que animar muy rápido, y aunque era un animador muy muy junior en aquel momento, tuve la oportunidad de enfrentarme a un montón de planos de acción muy interesantes aquellos en los que el Nombre tiraba su lazo, cuando el malvado Don Fandango robaba la pizza a los aldeanos de Santa Flamingo, o aquellas escenas en las que intervenía el tren o la motocicleta. Recuerdo una escena en la que El Nombre iba montado en la motocicleta y tenía que saltar sobre el tren en marcha. Hice un montón de escenas de acción interesantes, que muchos otros estudio o compañías no hubieran dejado nunca hacer a un animador junior. Y me dieron la oportunidad de hacerlo porque tenía dos cualidades: trabajaba duramente y era muy barato.

¿Animabais en doses o en unos?

Sobre todo, animábamos en doses.

Entiendo que es que lo habitual en las producciones de stop-motion para televisión.

Pues la verdad es que depende del estudio. Muchos sí que trabajan en doses, pero hay algunas cosas que no funcionan bien en doses, como un movimiento de cámara, por ejemplo. Pero por otro lado hay otros estudios que siempre animan en unos, incluso llegando igualmente a los quince segundos al día… Tienes que trabajar todo lo rápido que puedas. Eso fue algo que viví principalmente en mis primeros años en el mundo de la animación, el tener que ir lo más rápido posible, pero nunca fui un animador especialmente rápido, por eso traté ganarme una buena reputación como animador de personajes de calidad.
Tim y el rebaño de ovejas. Rodaje de la tercera temporada de la serie Shaun the Sheep.
Para ti, que has tocado tantos muñecos a lo largo de tu carrera, ¿quiénes son actualmente los mejores creadores de muñecos para animación stop-motion?

Pues creo que Mackinnon and Saunders siguen siendo muy buenos, como también lo son algunos estudios pequeños. Por ejemplos mis amigos de Polonia hacen un trabajo espectacular en este sentido.

¿Te refieres al estudio Se·ma·for?

Bueno el estudio Se·ma·for cerró sus puertas, pero gran parte de sus trabajadores pasaron a formar parte del estudio Breakthru-Momakin. De hecho, Momakin es una agencia de talentos artísticos polacos. Son gente muy preparada que llevan desarrollando su labor en terreno de la animación desde el cortometraje Pedro y el lobo.

Además de en este cortometraje, tú trabajaste con ellos en The Magic Piano, ¿verdad?

Sí, conseguí sobrevivir a ese proyecto…

Fue un proyecto duro, entiendo.

Sí. Es uno de mis proyectos favoritos, pero nunca antes había trabajado en algo tan ambicioso. Las escalas y los retos que tuvimos fueron enormes.

Las imágenes de detrás de las cámaras de este cortometraje muestran unos escenarios y estructuras enormes.

La intención que tuvieron desde el principio fue la de ser ambiciosos, creo que debido a que Pedro y el lobo ganó el Oscar en Breakthru se vieron inclinados a hacer algo todavía más grande en todos los sentidos. Y las consecuencias de ello fueron obviamente unos retos también más grandes; así que nos pasamos gran parte de la producción pensando: “Ufff, ¿y ahora cómo hacemos esto?”
Tim y el piano volador. Imaginad lo que llevaba sacar un fotograma con toda esa parafernalia
La verdad es que es una pena que películas tan trabajadas como esta o Chuck Steel: Night of the Trampires no logren tener una mejor distribución. ¿A qué crees que es debido?

En el caso de Chuck se estuvo negociando durante la producción todo el tema de la distribución, pero mientras se trabajaba también íbamos avanzando con la película. Mike (Mort) tiene un sentido visual increíble y también es muy ambicioso; de hecho, trabajó sin descanso en un proyecto en el que él siempre creyó de forma plena, y esto es algo por lo que yo me quito el sombrero. Por ello quiero que la película pueda verse.

Pues claro, ojalá que la saquen en formato DVD.

Esperemos que puedan pasarla antes por cines. Pero bueno lo cierto es que Mike es un absoluto fan de aquellas viejas películas de acción de los ochenta y los noventa que hoy solo encuentras en rebajas de saldo de tiendas de DVD. Pienso que algún día, en un futuro próximo, él recibirá todo el éxito que merece.

¿Has considerado en algún momento hacer una película como director?

La verdad es que no, no tengo historias que contar. De hecho, soy muy feliz ayudando a que otra gente cuente sus historias, desarrollando las ideas de otros.

Sin embargo, sí que realicé para Reflective Films, junto con Stephen Whittle, un corto protagonizado por un par de juegos de mesa. Lo titulamos Bored Games y fue colgado en la página web de la productora. Las tres palabras que lo definen son: corto, simple y divertido.

Es muy diferente trabajar en proyectos como este en contraposición a los de grandes producciones, como Isla de perros.

¿Cómo el cortometraje Enoughde Anna Mantzaris, en el que participaste como animador?

Sí, ambos comparten cierta estructura, aunque los cortometrajes de Anna son muy diferentes por el uso de ese tipo de muñecos de acabado lanudo. Me encontré con Anna en el rodaje de Isla de perros, donde fue mi asistente de animación.

Este corto en concreto fue realizado en Passion Pictures, en la misma habitación de Suzie Templeton hizo Dogy Mikey Please realizó The Eagleman Stag. Y de hecho Anna ha realizado también allí su cortometraje de graduación del Royal College of Art, Good Intentions, en el que también pude colaborar y que va a empezar a moverse por festivales ya mismo. Ha sido prácticamente un privilegio haber podido animar en ese espacio, donde han salido obras tan importantes.



Además de animar te dedicas a la enseñanza. ¿Cuál de estas dos vías profesionales te interesa más?

No me gustaría hacer una de ellas únicamente, pues de complementan de forma estupenda. Paso demasiado tiempo solo con las luces del escenario y los muñecos, y está realmente bien conocer a gente nueva de diferentes sitios que sienten un particular interés acerca del proceso de creación de una película realizada en stop-motion. Por otro lado, pienso que si solo me dedicara a la enseñanza no tendría tiempo para seguir aprendiendo yo mismo de la animación. Así que es genial tener un equilibrio entre estas dos vías profesionales.

Además de que lo cierto es que no me dedico a enseñar sobre animación sino más bien a comunicar sobre ella.

Eres uno de los profesores fijos del Master de Animación Stop-Motion de Bau (Barcelona), ¿no?
Yo no era consciente, hasta que me lo dijo Frank J. María (director del master), de que esta formación de BAU es el único master universitario específico sobre stop-motion que se hace en el mundo. La primera vez que fui invitado a participar en como profesor en el master fue hace seis años, y aquella fue mi primera experiencia de enseñanza sobre animación para una audiencia adulta; ósea que fue la primera piedra de todo lo que he ido haciendo después.

Creo que desde entonces he ido cuatro veces al curso, pues por ejemplo los últimos dos años he estado muy liado con rodajes. Las últimas veces me he centrado más en la parte de animar a personajes, en lenguaje corporal, la actuación, en la forma de contar la historia.

¿Crees que la animación stop-motion está más viva que nunca?

Sí. Está bien que la pregunta haya cambiado porque hace unos años era del estilo pesimista de: “¿crees que la stop-motion está muerta?”

Es cierto. Debido principalmente a lo que le pasó a Phil Tippett en los noventa durante el rodaje de las escenas de efectos especiales de Jurassic Park.

Además del éxito de Toy Story.

En aquel momento muchos animadores aprendieron animación por ordenador para sobrevivir, pues fue un absoluto boom. Los estudios pusieron mucho dinero para que los animadores aprendieran a animar por ordenador. Y por ello la pregunta pesimista se ha ido perpetuando durante años, tanto en la versión comentada como en la de “¿crees que la animación stop-motion será reemplazada por la generada por ordenador?”

La industria de la animación stop-motion ha tenido siempre periodos de alta actividad y periodos de calma. Pero el año pasado hubo al menos cuatro largometrajes en activo o siendo terminados: Cavernícola, Isla de perros, Chuck Steel y The Missing Link. Unos años antes coincidieron a la vez ¡Piratas!, El alucinante mundo de Norman, y otras tantas. Y más atrás en el tiempo estaban La novia cadáver y Wallace & Gromit: La maldición de las verduras.

Así que creo que la pregunta interesante realmente es la de si la animación stop-motion ha evolucionado, pues desde luego que lo ha hecho. Y lo ha hecho a través de dos vías. Una es la de Laika ha apostado fuerte por la tecnología, mezclando la stop-motion con la animación por ordenador y la impresión en tres dimensiones, dando como resultado unos niveles de calidad sin precedentes. La otra vía sería la de celebrar el hecho de lo que es la animación stop-motion, es decir, valorar las huellas dactilares que el animador deja en la piel de plastilina del muñeco, o el estilo de las películas de animación de Wes Anderson, donde los efectos del humo o del agua se hacen utilizando todo tipo de materiales en vez de animación por ordenador, y que hace que el espectador tenga una sensación de que lo que está viendo es real.

Creo que en esa evolución de la animación stop-motion jugó un papel esencial La novia cadáver, pues aumentó muchísimo el nivel de calidad que hubo hasta entonces. De hecho ha llegado un punto en el que la línea que separaba la animación stop-motion de la generada por ordenador se ha borrado casi completamente. Por ello, algunos estudios y directores han preferido dar un paso atrás para que se aprecie más el trabajo realizado fotograma a fotograma, utilizando un estilo más crudo e imperfecto.

Creo que realmente es el estilo natural de la animación stop-motion.

La audiencia lo encuentra encantador.

Para mí es mucho mejor ese estilo que comentas, prefiero sentir las huellas del animador en la plastilina que el frío plástico pulido que sale de la impresora 3D. Me encanta ver como se mueve el pelo, de forma algo caótica, en los muñecos de las películas de Wes Anderson.

Creo que eso precisamente es lo que cautiva a la gente.

Todo esto es algo en lo que Ray Harryhausen hacía particularmente hincapié al final de su vida. Él decía que “hay una extraña cualidad en la animación stop-motion que incrementa la sensación de fantasía. Y que, si hacías que las cosas parecieses demasiado realistas, corrías el riesgo de caer en lo mundano”.

Y desde luego que lo decía con conocimiento de causa. Él dejó de trabajar en el 82 porque previo lo que le acabaría pasando a Phil Tippett, o lo que sucedería con los efectos especiales de Mars Attacks!

Pero debemos ser conscientes de que todo evoluciona, que todo cambia, y que si quieres sobrevivir debes estar interesado en ese cambio y no vivir anclado en el pasado.
Tim sentado a la mesa de La novia cadáver. Siempre me ha fascinado esta foto.

ENTREVISTA A MAREK BENEŠ, HERMANO MAYOR DE PAT Y MAT

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Durante el fin de semana largo del jueves 21 al domingo 24 de febrero se produjo un pliegue en el universo de la animación stop-motion que dio como resultado una nueva edición de la muestra Animac, el evento animado más longevo de España, incluso de la Península Ibérica en su conjunto.

Paseando por Lleida esos días uno se podía encontrar con grandes nombres de la técnica centenaria como Peter Lord, Katariina Lillqvist, Mark Osborne, los geniales Screen Novelties, Sonia Iglesias, César Díaz Meléndez, Sergio Lara, Cristina Acuña, Vicente Mallols, Chris Lavis y Maciek Szczerbowski (Clyde & Henry Productions), Anna Solanas y Marc Riba (I+G Stop Motion), etc... Prácticamente todos ellos llegaron a Lleida cargados con alguno de sus muñecos de escasos centímetros. Posiblemente los que más ilusión me hizo ver en directo fueron a Pat y Mat, los chapuzas más famosos de la televisión infantil.

Los muñequitos checos venían acompañados de Marek Beneš y Tereza Benešová, hijo y nieta del creador original de la serie Lubomír Beneš, y quienes mantienen muy viva las aventuras de estos pequeños personajes. La excusa de que vinieran fue la presentación del largometraje Las peripecias invernales de Pat y Mat (Pat a Mat: Zimní radovánky, 2018), un retapado -utilizando lenguaje de cómic- de algunos de los últimos capítulos de la serie.
Foto de David del Val (@daviddelval)
Durante esta presentación, iniciada por la directora del festival, Carolina López, y continuada por el director del Centro Checo de Madrid, y traductor simultaneo, Stanislav Škoda, los Beneš fueron ilustrando al público, compuesto en gran parte por niños pequeños, a base de información histórica de la serie y del proceso de elaboración de cada capítulo. Por ejemplo, indicaron que la pareja ha cumplido 43 años de existencia, que la nueva generación ha realizado ya más de 100 capítulos, que tienen un ratio medio de 7 segundos de filmación al día (lo que es una barbaridad en términos de animación stop-motion), que son necesarios tres meses del trabajo de cinco personas para completar de inicio a fin uno de los capítulos (de 8 minutos), que actualmente las cabezas las imprimen en 3D (siguiendo los diseños originales), y que parte de la producción la tienen subcontratada a estudios chinos.

Posterior a la presentación, Marek y Tereza animaron a los personajes en el espacio Animacrea para deleite de quienes en ese momento pasaron por allí. Vean estas fotos para hacerse una idea:
Poco después pude pillar por banda a Marek y le hice la siguiente entrevista (gracias a Stanislav Škoda por ejercer de estupendo intérprete):

En primer lugar decirle que soy un gran admirador de Pat y Mat y que para mí es un gustazo poder tenerles aquí. ¿En qué momento se le ocurrió a su padre realizar la serie? 

Mi padre era, por naturaleza, un chapucero también y además dibujaba tiras cómicas sobre chapuceros para un periódico del país. Más tarde le ficharon en el estudio de Jiří Trnka, donde empezó trabajando directamente a las órdenes del maestro hasta que este le animó a realizar su propio cortometraje de animación, que lo hizo con en cut-out (2D).

Cuando estaba vivo Trnka mi padre no se atrevía a competir con él en el campo de la stop-motion con títeres. Pero cuando el maestro falleció a mi padre se le ocurrió la idea de que los protagonistas que dibujaba podía convertirlos en protagonistas de cine de animación. Pero todos le decían que un muñeco, un títere, es muy torpe, y que con ese tipo de personajes no se podía hacer un film de humor grotesco.

Sin embargo mi padre, que también había trabajado como animador de dibujos de varias producciones extranjeras, como Tom y Jerry de Estados Unidos, que subcontrataban el trabajo en Chequia, estaba convencido de que un muñeco era capaz también de realizar los mismos movimientos, rápidos y bruscos, que lograban los personajes de papel.

Entonces, con un colega suyo (Vladimír Jiránek) se encerraron en el estudio y empezaron a hacer pruebas con los  movimientos de los títeres. Los test salieron bien y le dieron la luz verde para realizar el capítulo piloto.

¿Qué diferencias de dirección hay entre usted y su padre?

Yo soy de naturaleza más técnica que mi padre, pues siempre estoy buscando soluciones técnicas. Últimamente estoy pensando que, tal vez, debería buscar un estilo más como el de mi padre, es decir, más grotesco y poético.

A nivel de avances de la técnica de la stop-motion, ¿cuáles son las que han implementado en la serie?

La base es igual, pues son los mismos títeres, pero hay una diferencia importante: cuando lo filmaba mi padre lo hacía en una película de cine de 35 mm y nosotros ahora lo filmamos mediante cámara de fotos digital. Antes, cuando un animador filmaba algo, tenía que esperar una semana o más hasta que se revelara la cinta; ahora lo vemos mientras lo filmamos.

Y por supuesto la postproducción ha facilitado mucho el trabajo. En esta fase ahora podemos, mediante retoque fotográfico, borrar algún error que haya podido suceder durante la grabación.

Entiendo que seguir usando hilos (aerial rigs) para sostener a los muñecos en el aire, en vez de un croma verde, es entonces una decisión de estilo.

Sí es nuestra propia decisión, queremos hacerlo de forma tradicional.

Me ha sorprendido mucho durante la presentación cuando comentaba que parte de la producción actual se realiza en otros estudios de China. Me gustaría saber cómo controlan el trabajo que hacen en aquel alejado país para que sea exactamente igual al que hacen en la República Checa.

Nosotros les enviamos los storyboards y ellos se encargan de hacer la animación. Antes de cada plano, nos pasan cada imagen para que la aprobemos. La última parte, toda la postproducción incluido el sonido, la hacemos nosotros en Chequia.

Además desde Praga realizamos a la vez la animación de algunos capítulos, para poder avanzar más rápido. Porque cerramos un contrato con la televisión checa (Česká televize) según el cual debemos hacer 39 episodios en dos años, pero incluso con el apoyo de los estudios chinos (que no han sido tan rápidos como en un principio nos dijeron) hemos tenido que pedir una prórroga de un año para llegar a la realización de ese elevado número de aventuras.

¿Qué proyectos tienen de cara a futuro?

Primero tenemos que terminar esos 39 episodios y luego a mí me gustaría mucho hacer un largometraje, pero un largometraje como tal, con un guion lineal, no solamente compuesto por varios episodios independientes como los dos que ya hemos estrenado [el primero de ellos fue Pat a Mat ve filmu de 2016]. Me gustaría mucho hacer un largometraje así, pero lo cierto es que todavía no hemos avanzado nada con ello.

Pues la verdad es que me encantaría que eso pasase. Muchísimas gracias por atenderme, sr. Beneš.

Rilakkuma y Kaoru, dramas de envoltorio afelpado

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Netflix trata de cubrir todos los nichos de mercado posibles, dando el gusto a los fans de las telenovelas, a los coleccionistas de juguetes o a los seguidores de la animación. Es una de las claves de su éxito. La famosa plataforma ha estrenado hoy su segunda serie original realizada mediante stop-motion, tras la genial, brava y desenfadada Buddy Thunderstruck, de los irreverentes Stoopid Buddy Stoodios (Robot Chicken, SuperMansion). La producción de Rilakkuma y Kaoru, aunque mantiene el aspecto afelpado en parte de la plantilla de personajes, tiene un estilo tonal y formal totalmente diferente de la anterior.
En un primer vistazo, en las imágenes promocionales y en los trailers que hemos podido ver en las últimas semanas, daba la sensación que nos íbamos a encontrar con una serie puramente "kawaii", el término japonés para nuestro "cuqui", donde se iba a dar rienda suelta a los quehaceres de peluches infantiloides. Nada más lejos de la realidad. El peso del programa recae en Kaoru, una chica de 25 años (aunque por espíritu parezca que tenga treintaytantos) que trabaja en una oficina y que tiene bajo su techo a dos osos blanditos, uno de ellos siempre dispuesto a comer o dormir, el otro a jugar y a utilizar algo de tecnología, y a un canario obsesionado con el orden y la limpieza. Además de estos atributos, en el episodio 10, de los 13 que componen la primera temporada, el pequeño pájaro amarillo, Kiiroitori, muestra su tendencia machista al decirle a Kaoru que no puede acompañar a los osos y a él a Hawai -les han llamado para dar un concierto- porque no tiene novio ni marido. Ufff...

A través de Kaoru se nos presentan un montón de conflictos adultos, muy adultos, como la ansiedad y la depresión, la negatividad, el consumo desmesurado, el drama de aumentar de talla, el deshaucio, el fracaso o la envidia. Pero, por suerte, gracias a los dos osetes, Rilakkuma y Kolirakkuma, tenemos la posibilidad de ver un poco de luz, a través del humor, del acercamiento a la ciencia ficción y el terror (inocuo), de los sueños febriles alucinantes (cómete esta remake de Dumbo), y de la voluntad de ayudar siempre a su poco afortunada compañera de piso. Dicho lo cual, ojalá que en la segunda temporada las tornas cambien y el peso de la serie recaiga en los úrsidos, pues hay momentos en el que tanto conflicto existencial hace que la serie se vuelva un poco plomazo.
Pero estoy seguro que la llegada de esta nueva serie será todo un acontecimiento en Japón, pues olvidé mencionar que la figura del oso Rilakkuma no es algo nuevo para los japoneses. De hecho lo han integrado plenamente en su más reciente cultura pop, al igual que lo hicieran con Domo Kun, mascota de colmillos afilados de la cadena NHK. Este oso "nació" de los pinceles de la ilustradora Aki Kondou en 2004, como figura de la literatura infantil, y desde entonces ha sido objeto de un merchandising desmesurado que ha ido desde la típica vajilla infantil con su careto a varios videojuegos para Nintendo DS.

En cuanto a la ejecución de la serie, la dupla es ganadora. Por un lado, la confección de los muñecos ha sido obra (de arte) del equipo de especialistas de Altrincham (Inglaterra) que trabajan en la empresa Mackinnon & Saunders, cuya única mácula puede encontrarse en ciertas expresiones faciales de los personajes humanos, pues en contadas ocasiones se les abulta el maxilar inferior o los mofletes de forma un tanto antiestética. Por otro lado, la animación ha recaído en el estudio japonés dwarf inc., auténticos expertos en animación stop-motion kawaii, tal y como llevan demostrando desde hace más de veinte años con series como la protagonizada por, el ya mencionado, Domo Kun, o por el gatito Komaneko. Esta combinación de éxito se traduce en momentos de animacion total alucinantes, aquellos en los que vemos moverse e interactuar a Rilakkuma, Kolirakkuma y Kiiroitori.

TÉCNICAS DE ANIMACIÓN, RICHARD WILLIAMS EN CASTELLANO

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Cualquier amante del cine de animación que se precie, ya sea de la rama de la stop-motion, de la digital o del dibujo animado, tendrá en su estantería un ejemplar manoseado de The Animator's Survival Kit, escrito a máquina y a mano, y plagado de dibujos realizados a pulso firme, por el gran maestro del cine de dibujos que es Richard Williams. Un canadiense de nacimiento, hoy retirado en Gales, en cuyo currículum se encuentran hazañas tales como ser el director de animación de ¿Quién engañó a Roger Rabbitt? (1988) o dirigir ese estupendo mediometraje nominado al Bafta titulado The Little Island (1958) -cuya vanguardia formal, estilística y narrativa es reconocida por Jordi Costa en el ensayo Como acabar con la contracultura (2018).
Formado en los estudios de Walt Disney y de la UPA en los años 40, Williams no paró nunca de trabajar en el terreno animado hasta que decidió emprender el maravilloso camino de la jubilación a mediados de los noventa, tras ver finalizada su película maldita (si mucho menos maldita película) The Thief and the Cobbler (1993). El tiempo de reflexión, unido a esa inercia creadora que había movido su vida por medio siglo, hizo que se sentara a crear el que hoy es reconocido como el mejor libro para aprender nociones, no solo básicas, del terreno animado. The Animator's Survival Kit: A Manual of Methods, Principles, and Formulas for Classical, Computer, Games, Stop Motion, and Internet Animators vería la luz en 2001, para ser parte esencial de la estantería de cualquier estudiante de la materia y de toda academia con asignaturas o cursos relacionados con el movimiento fotograma a fotograma, pixel a pixel o dibujo a dibujo. Tal fue el éxito que tuvo, y sigue teniendo, el compendio de dibujos y enseñanzas de Williams, que en 2009 el reputado director decidió expandirlo con casi cincuenta páginas más. Incluso unos años después el libro sería completado con una colección de 16 DVDs en la que se daba la ilusión de la vida, mediante animación (¡claro!), a todos sus ejemplos y ejercicios. Se puede adquirir en http://www.theanimatorssurvivalkit.com/

Por desgracia, a los castellano parlantes que no contásemos con un inglés boyante nos tocó buscarnos las castañas y conseguir por internet versiones en pdf traducidas -de aquella manera- para no perdernos casi nada de las lecciones maestras que Williams nos enseñaba. Aún con toda esa demanda, en España y Latinoamérica, ninguna editorial se había atrevido a traducir y publicar el libro de Williams en castellano. La espera por fin ha terminado.
La editorial Anaya, dentro de su colección Espacio de Diseño, decidió publicar hace unas semanas la versión ampliada de The Animator's Survival Kit, retitulándolo como Técnicas de Animación: Dibujos animados, Animación 3D y Videojuegos. La experiencia de pasar hojas de un lado a otro del libro, parándote en un ejercicio a voleo y leer en castellano los apuntes y consejos de Williams, mientras sientes el peso de la edición (en tapa blanda y de dimensiones ligeramente más reducidas a la original) y te embriagas por un olor de tinta y papel -que a mí me traslada al bachillerato-, no tiene precio. O bueno sí, sí que lo tiene, de hecho su PVP es de 44,95€.

Si a alguno le pica la curiosidad por esta nueva edición y siente que tiene que saber más sobre ella, no tiene más que pinchar en el siguiente enlace: https://www.anayamultimedia.es/libro.php?id=5216698

ENTREVISTA A OSCAR RODRÍGUEZ, THE PUPPET WIZARD

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En los últimos años, unas docenas de artistas españoles de la animación stop-motion han ido de aquí para allá para dejar su impronta en los proyectos cinematográficos de cualquier país lanzado a la aventura de crear un film en stop-motion. La inercia suele hacer que nos fijemos en los directores y animadores de esas obras, dejando muchas veces en segundo o tercer plano el trabajo de diseñadores, cámaras, constructores de escenarios o creadores de muñecos; y con ello nos perdemos lo que tienen que decir... 

Oscar Rodríguez (Ermúa, Pais Vasco, 23 de mayo de 1978), alias The Puppet Wizard, es uno de los creadores de muñecos españoles que más polivalencia estilística ha demostrado últimamente. No le ha quedado otra, pues ha tenido que adaptarse a estilos tan diferentes como el del estudio noruego Qvisten Animation, colorido y afable, o el del valenciano Colectivo Engranaje, grotesco y deliciosamente perturbador.

¿Decidiste de forma consciente formarte para ser especialista de taller en producciones stop-motion o fue algo que surgió en un momento dado y decidiste tirar por esa vía laboral? 

Siempre he sido un niño de plastilinas y crear mis propios juguetes o los de mis hermanas. Mientras mis amigos asistían a practicas de fútbol, yo tiré mas por clases de dibujo y escultura. Con la llegada de internet, ha sido muy fácil, para la gente autodidacta como yo, el aprender acerca de materiales y técnicas diversas para la creación de muñecos y props. En un momento determinado decidí hacer un paréntesis en mi vida para invertir tiempo y reenfocar mi carrera con formación especifica para seguir esa vía laboral.

Resulta curioso que tu primera experiencia profesional fuera en Time/Space Reflections (2015) de Alba García, una estadounidense. ¿Cómo lograste formas parte del proyecto? 

Mi primer contacto profesional con la animación vino del otro lado del Atlántico, gracias al desarrollo tecnológico, con las redes sociales y toda la comunicación a nuestro alcance. Mi pagina  de Facebook de aquel momento, donde subía mis esculturas, trabajos en miniatura, dibujos, etc... llegó a ojos de la directora Alba García, que en ese momento buscaba gente para el desarrollo de un corto. El carácter energético de Alba me contagió y, sin dudarlo, salté a bordo del proyecto.

Time/Space Reflections es un proyecto al que le tengo especial cariño, ya que es el proyecto con el que no solo se impulso mi carrera en el mundo de la animación, sino que también me permitió conocer gente maravillosa en diferentes partes del mundo, como Steve Wheeler, Rob Foster, Julio Garay y, como no, a la propia Alba, con la que mantengo una estrecha relación. Tras muchas conversaciones con Alba finalmente me propuso colaborar en el corto, concretamente en la creación de uno de los sets y un conjunto de props, y yo encantado acepté.

De igual modo hice una colaboración en el último proyecto, que aun mantiene en producción, Dangerous Ever After el cual fusiona stop motion y tracking 3D.
Oscar con el laboratorio que creó para Time/Space Reflections (Alba García, 2015).

¿Cómo fue tu experiencia de trabajo en Qvisten Animation, el estudio de animación stop-motion más importante de Noruega? 

Qvisten ha crecido dentro del territorio escandinavo exponencialmente, sobre todo desde que realizó la producción de El bosque de Haquivaqui (Dyrene i Hakkebakkeskogen, 2016). Este era un proyecto muy ambicioso para Qvisten ya que se trataba de la primera producción en stop motion propia del estudio. Se me brindó la oportunidad de trabajar con gente maravillosa y muy profesional, muchos de los animadores mas demandados en el stop motion pasaron por esa producción, y yo con muchas ganas de aprender no dejé escapar la oportunidad, comencé siendo asistente de la jefa de departamento de puppets y a los tres meses llevaba el tema mantenimiento yo solo, asistiendo en la producción de puppets y colaborando con el departamento de arte realizando diversos props.

Desde entonces mi relación con Qvisten sigue creciendo, en las ocasiones que me llaman no dudo en saltar a un avión y trabajar con ellos.

¿Cuáles son tus mayores éxitos y por qué? 

Desde mi punto de vista cada creación se guarda en un rinconcito especial para el creador… pero sin duda en cada puppet nuevo creado se proyectan nuevos conocimientos y se aplica todo lo aprendido que ha funcionado o no en los trabajos anteriores.

Los primeros puppets que hice en su día no tenia recursos económicos para llevarlos a cabo y tampoco ayudaba el tener unos conocimientos mas generales/básicos desde el punto de vista de la animación, pero la frescura y las ganas que se experimenta con ello no tiene precio.

Uno de los proyectos en los que como jefe de departamento estoy muy orgulloso es Metamorphosis, un corto realizado bajo la mano de Colectivo Engranaje. Orgulloso porque sin duda ha sido todo un reto para mí, y para el equipo de taller, por la complejidad de los diseños y el estilo propio requerido para la historia. Quizás me atreva a decir que también ha sido un reto para sus directores Carla Pereira y JuanFran Jacinto.
La cabeza del panadero de El bosque de Haquivaqui (Rasmus A. Sivertsen, 2016) y Oscar retocando zorro, uno de los personajes más carismáticos de la película.
¿Cuánto tiempo te llevó plasmar en tres dimensiones los dibujos planos, retorcidos y tremendamente singulares de Carla Pereira, para el cortometraje Metamorphosis

Es muy curioso que me hagas esta pregunta, ya que la frase mas escuchada fue: "Me gusta, ¿pero puedes hacerlo mas feo?".

Afortunadamente estaba rodeado en taller de grandes profesiones como Sonia Iglesias, Anna Deschamps entre otros, incluso Carla saltó a la creación de algunos de los props. Digo afortunadamente porque una de las cosas mas complicadas desde nuestro departamento es el meterse en la cabeza del Director de arte, que en ocasiones es como saltar en el agujero de la madriguera de la mano de Alicia en el País de las Maravillas, y nunca sabes a qué mundo surrealista vas a llegar.

La complejidad del diseño y el estilo son únicos , lo que hace tan especial el corto, y al mismo tiempo es lo que lo hace más complicado y por ese motivo tuvimos que invertir algo más de tiempo para poder ajustar y unificar la realidad en tres dimensiones desde los dibujos en 2D.

Como nota técnica decir que dos de los personajes tienen cabezas de silicona, y los parpados están integrados en la misma piel, puedes imaginar lo complejo que fue la creación por parte de moldes y el casting de parpados articulados.

¿Qué tipo de retos profesionales buscas actualmente?

En estos momentos acabo de terminar unos puppets junto a Nuria García, para un largometraje que está en fase de búsqueda de presupuesto. A su vez llevo algún tiempo preparando y desarrollando un curso de creación de puppets para profesionales, lo cual resulta complejo, ya que la finalidad es poder introducir en un tiempo determinado el mayor numero de conocimientos prácticos posibles para que al finalizar el curso tengan los conocimiento suficientes para empezar a experimentar y producir un producto profesional.

Mirando hacia el pasado me encuentro con el mismo reto de este futuro inmediato, y no es otro que saltar a una producción que tenga una gran repercusión a amplias miras en mi carrera profesional, producciones bajo el nombre de estudios como son los grandes conocidos que se dedican exclusivamente al stop motion: Laika y Aardman.
Algunas muestras del impresionante trabajo de Oscar y su equipo de taller para el cortometraje
Metamorphosis (Carla Pereira y 
Juanfran Jacinto, 2019).

BROTAR (Alifáfaro, España, 2019)

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Hace unos días me llegó al email (puppetsandclay@gmail.com) un mensaje de un nuevo cortometraje español que ha visto recientemente la luz, Brotar. Tierno, directo y con mucha sincronía entre música y arte animada. Un gusto para todos los sentidos.

"Brotar es un homenaje al trabajo artesanal, hecho desde las manos y el corazón. A través de su protagonista, Mirta, paseamos por escenarios teatrales que se construyen con un soporte de técnicas analógicas, consiguiendo acabados originales y sencillos. Montse Piñeiro toma como referencia a sus abuelas, ejemplos de fuerza y sabiduría de la experiencia, para revelar un universo mágico que nos transporta a nuestra infancia. La música original de Rubén Abad danza con las imágenes y nos lleva a los inicios del siglo XX, a través de tintes impresionistas que se entremezclan con las luces y colores que acompañan a toda la pieza".


Más info sobre Alifáfaro y este cortometraje en esta noticia de Faro de Vigo:

LA OVEJA SHAUN: GRANJAGUEDON. CRÍTICA SUBJETIVA

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Ayer, 22 de octubre, se celebró la gala de clausura de los Premios de Animación de la Comunidad de Madrid, donde fueron galardonados César Díaz Meléndez con su cortometraje Muedra, Coke Riobóo por su cortinilla Madrid a tus pies, Nacho Subirats por el cortometraje de la escuela ESDIP Oldie but Goldie, y el largometraje Buñuel en el laberinto de las tortugas, de Salvador Simó. 

Tras la gala, se procedió a la proyección de La oveja Shaun. La película: Granjaguedon; preestreno en España de la última película de la factoría Aardman, aquellos que siempre nos han emocionado y divertido por medio de personajes con piel de plastilina como Wallace & Gromit. 
Si en el primer largometraje protagonizado por la oveja Shaun los directores, Mark Burton y Richard Starzak, optaban por trasladar la aventura a la ciudad, lejos de la granja de Mossy Bottom, lugar donde se sitúa la exitosa serie que ha convertido a este ovino en un personaje popular de la animación británica dentro y fuera de las fronteras inglesas; en esta nueva aventura el relevo en la dirección, que lleva los nombres de Will Becher y Richard Phelan, lleva esta premisa más allá, al espacio exterior. Y alejarse tantos kilómetros de su granja de confort les ha salido francamente bien. 

Al igual que la serie, y la película precedente, Granjaguedon funciona por su ingenioso humor slapstick y por la perfecta definición de los personajes, que no necesitan diálogos para que la historia funcione como una máquina perfectamente engrasada. Tan engrasada que no me despeino al decir que este largometraje es el mejor en la etapa actual del estudio Aardman, en la que coproduce sus largometrajes con el socio europeo Studio Canal; pero incluso diría que supera a las dos películas (¡Piratas! y Arthur Christmas) que el estudio de Brístol realizó de la mano de la división animada de Sony Pictures. Aardman ha vuelto al nivel de guion perfectamente hilvanado de sus años de trabajo junto a Dreamworks. 
Película gourmet para cualquier amante de la ufología, con guiños a la cultura que rodea esta “ciencia” que van desde la famosa sintonía de X-Files, a muestras iconográficas de Doctor Who, E.T. y Encuentros en la Tercera Fase, pasando por detalles en carteles que hacen referencia a H.G. Wells, o extractos de la versión musical de La guerra de los mundos de Jeff Wayne, cuyas notas a través de la radio hacer recordar el famoso incidente radiofónico yanqui narrado por Orson Welles. El amante de las referencias, como es mi caso, estará deseoso de tener pronto acceso al blu-ray pues en cada plano hay detalles en segundo o tercer plano que es imposible detectar en un primer visionado. Yo detecté guiños a Tiburón y a Tiempos Modernos, e incluso autorreferencias aardmanitas a Morph y, sobre todo, a la primera aventura espacial importante que produjo el estudio: Una gran excursión. El primer cortometraje de Wallace & Gromit se muestra en las pantallas de la ciudad en los primeros compases de la cinta; una ciudad en la que la nave espacial con la Wallace & Gromit viajaban a la Luna (de queso) es reconvertida en pequeña atracción para niños. Referencias a este cortometraje menos evidentes las encontramos en la repetición de gags que funcionaban entonces, hace 30 años, y lo siguen haciendo ahora: como cuando una oveja da vueltas a toda pastilla al quedársele atorado el taladro en un agujero, o el momento en que el robot policía no puede contener la emoción y se suena los mocos con un pañuelo. 

Los personajes que conocemos mantienen sus roles: Shaun como el rebelde cuyas acciones provocan el desastre, el perro Bitzer como el hermano mayor que controla todo el rato a la oveja, y el granjero que no se entera de nada. Además de al resto del rebaño, la película da minutos a toda una serie de nuevos e interesante personajes, como el alienígena protagonista Lu-La, una versión en tres dimensiones y con poderes cósmicos del mítico Gerald McBoing Boing de la UPA, o secundarios de lujo como el vagabundo devorador de patatas fritas o el señor disfrazado de robot, quien se marca un genial baile (del robot, claro). 
A nivel artístico, Aardman sigue estando en lo alto. Cero quejas. De hecho el estudio mantiene la tendencia de stop-motion táctil: que se note que los personajes son muñecos reales, con partes realizadas en plastilina en la que se quedan marcadas las huellas dactilares. Un posicionamiento ante el stop-motion alejado de la hipertecnificación de las figuras impresas en 3D de Laika, que el estudio de Brístol recuperó plenamente con Cavernícola, tras haber tanteado la vía, digamos, “laikiana” en ¡Piratas! 

La oveja Shaun. La película: Granjaguedon se estrena en cines españoles el próximo 31 de octubre.

Solan & Eri, misión a la Luna, una experiencia de cine

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Cada nueva edición de Mi primer festival de cine es mejor que la anterior. Se nota en la cuidada colección de cortos y largos de animación que seleccionan para diferentes rangos de edad, que va desde los 2 años hasta el más allá, en los patrocinadores que consiguen, en el ambiente de peques, padres y madres previo y post sesión, y en detalles, que pudieran parecer tontos, como las guías que diseñan y entregan para que los asistentes obtengan el conocimiento mínimo que les haga disfrutar a tope de lo que van a ver.

Los que vivimos en Madrid o Barcelona tenemos la suerte de estar en el mes en el que se celebra este atípico festival, con sede en diferentes cines de ambas ciudades y localizado temporalmente en tres fines de semana. Tenéis toda la info de pases, fechas y demás información en los siguientes enlaces:


El pasado sábado mi hijo y yo nos acercamos a los cines del Palacio de Hielo de Madrid con motivo de la proyección de la película noruega Solan & Eri, misión a la Luna. Se trata de la tercera entrega de la trilogía de Flåklypa, que ha realizado el director Rasmus A. Sivertsen con el apoyo y talento de todos los integrantes del estudio Qvisten Animation (entre ellos algunos españoles como Óscar Rodríguez, Álvaro Alonso, Teresa Pérez o Marcos Valín), el más importante en animación stop-motion y CGI del país. Esta saga de películas centradas en la inexistente villa de Flåklypa toma como base historias y personajes populares de la narrativa nórdica creados por el autor e ilustrador Kjell Aukrust en los años sesenta. Estos libros llegarían a manos de Ivo Caprino, un titiritero de ascendencia italiana que vio potencial para realizar una serie para televisión en stop-motion; sin embargo tuvo la fortuna (y digo bien) de no encontrar quien le financiara el proyecto, por lo que decidió utilizar los muñecos que ya había creado para realizar el único largometraje de su filmo-grafía: Flåklypa Grand Prix (1975), estrenado por estas tierras de forma discreta bajo el nombre de Gran Prix en la montaña de los inventos. El éxito de esta película fue arrollador, debido a un diseño de personajes excelente, una animación cuidada, una banda sonora que llega al alma (que recientemente ha versionado el joven dj Alan Walker), y especialmente por contar con una de las mejores carreras de coches de la historia del cine (que hay quien dice que sirvió de base para la escena de la carrera de vainas del Episodio I de Star Wars). Para que os imaginéis el nivel de éxito de la película, aquí va un dato de wikipedia: se vendieron 5,5 millones de entradas en Noruega, un país que cuenta con una población de 5 millones de habitantes. Aquello catapultaría a los personajes de Flåklypa a la categoría de iconos de la cultura pop del país.

Por eso no es raro pensar que cuando Qvisten Animation decidió empezar su andadura en el siempre peligroso terreno del largometraje en stop-motion, y entiéndase peligroso en el sentido de la pasta, miraran directamente a las historias creadas por Kjell Aukrust, en concreto a todas ellas que tenían como protagonistas al pato lanzado Solan, al erizo pausado Ludvig y al inventor rubegolberguiano Reodor Felgen. En 2013 lanzaron Solan og Ludvig - Jul i Flåklypa, una cinta navideña, a la que siguió la road movie Solan og Ludvig: Herfra til Flåklypa (2015), para culminar en 2018 con la cinta espacial Månelyst i Flåklypa. Comentaré esta última, cuya experiencia de visionado, en pantalla grande y doblada al castellano, me pareció un lujazo.

Un vacío burocrático deja la posibilidad abierta de que cualquier país pueda ir a la Luna y conquistarla. Todos los países ponen entonces sus programas espaciales en marcha, pero será el cohete de Reodor Felgen, reparador de bicicletas del pueblo noruego de Flåklypa el único que conseguirá despegar. La nave será comandada por un funcionario del estado y el valiente Solan, pero un accidente provocará que el apocado Eri (Ludvig en el noruego original, y Luca en la versión internacional) también los acompañe en esta aventura galáctica.

La película se divide en tres tercios claramente diferenciados: la preparación de la misión espacial, el viaje de la Tierra a la Luna y el conflicto que plantea hacerse con un espacio interestelar que no debiera pertenecer a ninguna nación. 

Como en los dos largometrajes anteriores, da gusto perderse en los detalles de cada uno de los personajes principales; un diseño que, sin embargo, queda algo afeado en esta película por los caretos abultados de algunos de los personajes humanos, resultado especialmente inquietante el de los dos dirigentes políticos y el de la reportera jefa de informativos. Serán justamente estos personajes los que sirvan de diana para las críticas más adultas (y valientes) que hace Rasmus A. Siversten por medio de la película: de la falta de escrúpulos de la administración central a la extrema vanidad e inoperancia de la administración local, pasando por la lucha de egos de los trabajadores de la televisión. 

El attrezzo y escenarios son uno de los grandes puntales del valor artístico de la película, con un cohete de proporciones enormes construido ad hoc que realmente impresiona tanto en el metraje de delante de las cámaras, como de de detrás de las mismas (al final de esta entrada podéis encontrar alguna imagen). Por otro lado, los muñecos y las cámaras se mueven con un nivel de animación de primer nivel, que combinado con el excelente ritmo hacen que la carrera espacial se nos pase en un suspiro.

Tras la película, los asistentes tuvimos la alegría de contar con el guionista de la película: Karsten Fullu, quien dio una micro master class sobre cómo fue realizada la película, además de aguantar como un campeón las preguntas que le hicieron las niñas, niños y madres de la sala, siendo estas últimas las que le pusieron contra las cuerdas al tachar su guion de machista. No les faltaba razón, al fin y al cabo los dos únicos personajes femeninos de la película son absolutamente odiosos, pero el señor Fullu alegaba que se basaba en las historias de Kjell Aukrust, quien en los sesenta no prestaba demasiada atención a estas importantes causas. Sería como criticar las películas de Mortadelo y Filemón de Fesser por machistas, cuando se basan en un universo cultural creado hace más de cincuenta años. En fin, un tema la mar complicado.


ESPÍAS CON DISFRAZ, RITMO CÓMICO Y TREPIDANTE

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En los nostálgicos noventa, Steven Spielberg hizo equipo con el estudio de animación de los Warner Brothers dando como resultado dos series que se emitieron en medio mundo: Tiny Toon Adventures una vuelta de tuerca a los cánones de la animación warnerianaestablecidos en la Termite Terrace; y Animaniacs, un avance en los márgenes de la animación disparatada que pronto llegaría a su punto álgido por medio de figuras fundamentales en el cartoon estadounidense como John Krickfalusi o Stephen Hillenburg. Esta segunda serie seguía las andanzas de los hermanos Warner (Yakko, Wakko y Dot), creados en plena producción de las Looney Tunes y Merrie Melodies, en un distópico 1930, pero guardados en un cajón por ser demasiado alocados. Quizás Leon Schlesinger tuviera miedo de no poder controlarles.

En 1993 estos chiflados salían de su prisión, pero no lo hacían solos. La serie además servía de contenedor de las aventuras de otros seres animados. Aunque todos ellos tendrían interés para la audiencia, ninguno recalaría en el córtex colectivo con tanta fuerza como la dupla formada por los ratones de laboratorio Pinky y Cerebro. Entre los olvidados estaban The Goodfeathers, un grupo de palomas italo-americanas que vivían en una estatua de Martin Scorsese situada en Nueva York.

En 2009, la capital administrativa de los USA tendría también su representación dentro del nicho de la animación emplumada. Pigeon: Impossible, de Lucas Martell nos acercaba a diez minutos de la vida de un espía llamado Walter Beckett, quien provocaba por accidente que un misil nuclear escondido en el monumento a Washington se dirigiese directamente a Rusia. Todo por culpa de una paloma con hambre de donut y un maletín provisto de la más puntera tecnología.

El trepidante cortometraje debió de encandilar a la directiva del estudio Blue Sky (por entonces, filial animada de la 20th Century Fox), quienes estrenaban ese año la tercera entrega de su saga más exitosa: Ice Age: El origen de los dinosaurios, y estaban en proceso de desarrollo de otro interesante film animado protagonizado por aves: Rio. Así que compraron los derechos de la historia a Martell y empezaron lentamente a cocinar un film que no vería la luz hasta 10 años después.

Poco queda del cortometraje original en la última película de Blue Sky, más allá del nombre del protagonista, la situación de la base central de los espías en Washington D.C. y la presencia de palomas. En el largometraje, la historia se centra en dos personajes: Lance Sterling (Will Smith), la gran estrella del grupo de espías, y Walter Beckett (Tom Holland), un profesional en prácticas del departamento de ingeniería. Ambos tendrán que apartar sus diferencias para derrotar a un terrible villano de maquiavélicos planes. Es decir, estamos ante la que podría ser la enésima película de la saga Bond, incluso los títulos de crédito iniciales son un claro homenaje a los que hicieron grande a Saul Bass, con el aliciente de que la que la animación le ayuda a ser un poco más fantástica en ciertos aspectos, sin ser excesivamente surrealista.

Es interesante como los directores noveles, Nick Bruno y Troy Quane, han sabido concatenar las acciones de la trama con absoluta gracia, ayudados por la ídem de una animación por ordenador perfectamente pulida y diálogos salpicados por chispas de genial comicidad –sirva de ejemplo el momento en el que el agente Sterling llama Roomba a un dron asesino–. Asimismo, se permiten el lujo de introducir con atino secuencias de animación de personajes gomosos y flácidos, sin esqueleto, al más puro estilo Simon Christoph Krenn. La valentía es digna de aplauso.

Que nadie espere, empero, encontrar un final sorprendente. Eso sí, este film, el primero de Blue Sky bajo el enorme paraguas del ratón de bermudas rojas (el estudio de animación iba dentro del pack en la compra de Disney a Fox) cuenta con un desenlace tan correcto que permite que soñemos con una secuela.

Peter Lord en la Cineteca de Matadero (Madrid)

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El pasado jueves, 13 de febrero de 2020, se presentó en la Cineteca de Matadero la inminente edición número 23 del siempre atractivo Animac, festival dedicado en exclusiva al cine de animación. Para ello se contó con la presencia de la directora del festi, Carolina López Caballero, y con un invitado de excepción: Peter Lord, uno de los cofundadores del archiconocido estudio Aardman, los culpables de poner a Brístol en un lugar privilegiado de los mapas del cine animado.
Morph paseando por el empedrado de Matadero de Madrid (foto sacada de la cuenta de Twitter de Peter Lord).
Aparte de indicar el lema y leit motiv de este año para el festival: Time Capsule, pues, en palabras de López: "la animación es un medio poderoso para recuperar el pasado, para recolectar y conducir los recuerdos, el tiempo vivido, la historia, que permite hablar de aquello que es muy difícil de abordar desde la imagen real”, también se dieron a conocer los nombres de los homenajeados y realizadores que estarán presentes del 27 de febrero al 1 de marzo en la ciudad de Lleida: Florence Miailhe (Premio Animation Master), William Kentridge (Premio Honorífico), Jordi Artigas (Premio Trayectoria), Theodore Ushev, Ülo Pikkov, Aurélien Froment, Karla Castañeda y Luis Téllez, Fernando Moro, Nuria G. Blanco, Javier Galán, Pedro Alpera, Regina Pessoa y Abi Feijó, Manuel Sirgo, David Fidalgo,... Si tenéis la oportunidad, no dudéis de cogeros el AVE y plantaros en la única capital de provincia en la que durante cuatro días os podréis hinchar de ver cine de animación y de comer ricos calçots con salsa romescu.
Tras el breve speech de Carolina López se dio paso a Peter Lord, quien empezó mostrando un vídeo recopilatorio de lo mejor de los, más de cuarenta años, del estudio Aardman. Acto seguido, se dispuso a hablar de cómo había conocido en la escuela a David Sproxton y de cómo habían empezado juntos una aventura empresarial duradera que no ha erosionado en ningún momento su longeva amistad. Ambos empezaron su camino en la animación por la vía del dibujo animado, creando un súper héroe patán al que bautizaron Aardman (por aquel entonces, les hacía gracia la palabra Aardvark -cerdo hormiguero en inglés-). Pero entonces se sentaron a pensar y llegaron a la conclusión de que si seguían por la vía de los dibujos animados, donde había cientos de competidores de un nivel muy superior al suyo, no se comerían un colín; sin embargo, si viraban a la animación en volumen, a la stop-motion, se encontrarían en el top de los animadores, pues durante la década de los setenta la competencia en este campo era prácticamente inexistente. Genios.
Pasaría acto seguido a hablar de Morph, el primer PERSONAJE creado por el estudio de Brístol. Fue ideado para ser un secundario del programa Vision On, pero pronto acabaría teniendo serie propia. Morph tuvo en la década pasada un resurgimiento web que permitió a Peter Lord y su equipo crear nuevos episodios del personaje, adaptados a la nuevas realidades cotidianas (uso de smatrphones y tablets, los selfies, etc.). Lord indicó que, antes de crear a Morph, había series de animación de muñecos en la televisión británica como The Magic Roundabout (Le Manège enchanté, Sergé Danot, 1965-1977) en las que si bajabas a tope el sonido no te enterabas de absolutamente nada de lo que pasaba. Los muñecos se movían, sí, pero no con un sentido expresivo que enfatizase lo que se decía en sus interminabes diálogos. Vision On, al ser un programa pensado para niños sordos, hizo que los animadores de Aardman tuvieran que crear un personaje cuya actuación se basara por completo en el lenguaje no verbal. Lo consiguieron con creces.



Habló entonces Peter de cuando David Sproxton y él tuvieron la suerte de encontrar en la NFTS, la escuela londinense de cine y tele, a Nick Park, a quien Lord no dudó el presentar como "el animador más brillante de su generación". De las creaciones de Park, Lord mostró a los asistentes de la Cineteca una secuencia de la que considera que es la mejor película del realizador de Preston: Los pantalones equivocados (The Wrong Trousers, 1993).

A partir de este momento, Lord se puso a hablar de algunos de los logros actuales de la compañía, empezando por su introducción, discreta pero interesante, en el terreno de los videojuegos. Para par pie a ello, primero presentó un anuncio que habían realizado para loterias de Reino Unido, y por cuya estética les habían contratado para realizar el vídeo presentación del videojuego 11-11, que sitúa al jugador en la Primera Guerra Mundial. Lord lo dijo claramente: "los videojuegos no son algo que me interesen especialmente, pero como estudio pienso que debemos estar también en ese campo". El meter el anuncio de la lotería, le daría pie a mostrar un trabajo de identidad para BBC2 que había realizado recientemente el director Kevin Strange, mediante la filmación en slow-motion de olas formadas por blandiblú de colores y ojos de muñeca.



Antes de continuar poniendo vídeos indicó que había puestos estos ejemplos para demostrar al público que Aardman no es solo plastilina animada; que con el estudio lo que lleva tiempo buscando es tener una amplia variedad de estilos, una diversidad tanto en animación, como en arte y en dirección. Y que por ello daban la oportunidad a que sus empleados creasen cortometrajes como Remote! (2015), realizado en los ratos libres de Andrew Lavery y Mathew Rees, dos animadores de CGI del departamento de anuncios del estudio.



Mientras Peter Lord hablaba, sus manos sostenían un bloque de plastilina de color terracota que iba tomando la forma de un ser animable, con cabeza, tronco y extremidades. Cuando el Morph estuvo casi listo, Lord lo enseñó al público y dijo: "No entiendo por qué la gente llama animación 3D a la animación por ordenador. El 3D real es esto (y señala al muñeco de plastilina que tiene entre las manos). El 3D para mí es la animación en volumen".

Puso entonces un clip making of de Daddy, el tema de Coldplay para el que la directora Åsa Lucander utilizó marionetas de varillas rodadas en vivo (no utilizaron animación stop-motion por falta de tiempo), que incluye animaciones en 2D y composición de efectos digitales añadidos en postproducción. Volvería pronto, y ya hasta el final, a la animación stop-motion en volumen por la que Aardman es ampliamente reconocida poniendo un episodio de la pareja de imbéciles de plastilina Purple & Brown, el encargo de Nokia de realizar un video en stop-motion con los personajes más pequeños de la historia (para el que usaron las impresoras 3D), el corto/anuncio Dot, y un making of de montaje muy picado de ¡Piratas! (The Pirates! In an Adventure with Scientists!, 2012).



Cerraría el tour por las producciones de Aardman con un análisis pormenorizado del proceso creativo del último largometraje que han completado: La oveja Shaun. La pelcula: Granjagueddon (A Shaun the Sheep Movie: Farmageddon, Will Becher y Richard Phelan, 2019). Habló entonces del artista de storyboard español Luis Zamora Pueyo, y sacó de las cajas que traía consigo a una Shaun a Lu-La, la alienígena que acompaña al famoso cordero en su última aventura. Mostró también un vídeo del proceso de creación del muñeco alienígena, desde el esqueleto interno hasta la colocación de su cuerpo de látex y su cabeza de plastilina. Dijo que adoraba el departamento de taller de su estudio, porque todo allí tenía olor y tacto. Se sienten los materiales por todos lados. Y eso le recordó que hacía poco había estado en las instalaciones de Pixar en California para dar una charla a los animadores que allí trabajaban, y que el ambiente le había parecido de lo más aburrido.
Hablaría a partir de este momento de las obras de caridad que han realizado desde Aardman, colaborando con el hospital infantil de la ciudad para el que han recaudado, en sus 25 años de colaboración, la nada desdeñable cifra de 70 millones de libras; y de la división de su estudio encargada de crear alrededor del mundo atracciones temáticas de sus personajes. Además indicó que hacía un año y medio, David Sproxton y él habían iniciado los trámites para dejar Aardman en manos de sus trabajadores. En ese momento el auditorio le regaló un sonoro aplauso. "Entendemos que es la forma de que nuestra compañía, que es algo que amamos, mantenga cierta independencia y no sea explotada". La guinda del pastel llegaría por medio de un vídeo de animación flash socarrona protagonizada por Jeffrey, el australiano de sombrero de ala ancha más desinhibido de nuestras antípodas, creado por el animador Tom Parkinson.


No hubo tiempo para coloquio, por desgracia, pero Peter Lord atendió con gusto a las decenas de personas que le pedimos que nos dejase estampada su rúbrica en algún recuerdo. En ese momento fue en el que aproveché para preguntarle si tenía pensado volver a dirigir. Me contestó que no, que de momento estaba trabajando en el estudio como productor ejecutivo. También me contó que Aardman actualmente está en desarrollo de la segunda parte de Chicken Run y de dos proyecto para Netflix: Robin Robin y de un especial navideño de la oveja Shaun.

MEJORES LARGOMETRAJES DE ANIMACIÓN DE LA HISTORIA

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Hace unos días realicé una consulta en mi facebook personal preguntando por cuáles eran para mis amigos y amigas las mejores películas de animación de la historia, entendidos como largometrajes aquellas películas de más de 40 minutos, y entendiendo animación como todas las técnicas excepto la de las marionetas (siguiendo, en parte, el dictado de la Academia de Hollywood) -incluidas las películas que combinen animación con acción real.

El resultado, sobre una muestra de 27 participantes arroja la siguiente lista de los 51 mejores largometrajes de animación. Esta lista me gustaría que fuera dinámica, por lo que cualquier está invitado a participar dejando en los comentarios de esta entrada su lista de 25 largometrajes de animación favoritos. 

1. Akira
2. Pesadilla antes de navidad
3. El gigante de hierro
4. El viaje de Chihiro
5. ¿Quién engañó a Roger Rabbit?
6. Cuando el viento sopla
7. El libro de la selva
8. El planeta salvaje
9. Ghost in the shell
10. La princesa mononoke
11. Mi vecino Totoro
12. Spiderman: into the spider-verse
13. Fantasía
14. Nimh, el mundo secreto de la señora Brisby
15. Toy Story
16. Alice
17. El mago de los sueños
18. La bella y la bestia
19. La tumba de las luciérnagas
20. Las trillizas de Belleville
21. Los mundos de Coraline
22. Mary & Max
23. Wall·e
24. American pop
25. Anomalisa
26. Chicken Run
27. El secreto del libro de kells
28. Isla de perros
29. La novia cadaver
30. Los increibles
31. Monstruos S.A.
32. Perfect Blue
33. Wolf children
34. ¿Dónde está mi cuerpo?
35. Asterix y Obelix en las 12 pruebas
36. Blancanieves
37. Coco
38. El ladrón de Badgad
39. El rey león
40. Fantastic Mr. Fox
41. Klaus
42. Kubo y las dos cuerdas
43. La bella durmiente
44. La maldición de las verduras
45. La vida de calabacín
46. Pinocho
47. Shrek
48. Simbad y la princesa
49. Tygra, hielo y fuero
50. Up
51. Your name

¿Habéis visto todas?

LA IMAGINACIÓN TANGIBLE, DE JORDI SÁNCHEZ-NAVARRO

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Hace unos años lo mío con la animación no era tan enfermizo. Era una enfermedad, pero no era grave. Por aquel entonces cayó en mis manos el libro "Películas clave del cine de animación", del crítico y eminente divulgador cultural Jordi Costa. En poco espacio de tiempo aquel volumen se convirtió en una de mis principales brújulas, en un instrumento capaz de hacerme viajar a terrenos del cine de animación para mí hasta entonces inexplorados. Costa ofrecía en un recorrido por 100 películas de animación lo que a su juicio eran las obras imprescindibles para elaborar una radiografía universal de esta centenaria modalidad artística. En su acertada mirada no se limitaba a los largometrajes, sino que también tenían cabida unos pocos cortometrajes. El análisis de cada película me llevaba como lector a otros films, ya fuera por referencia directa o indirecta, y al final del libro se incluía un estupendo glosario de los principales realizadores del espectro animado. Un complemento ideal para meter ante mis cuatro ojos sesiones continuas de una sola firma.  Por suerte y nunca diré por desgracia -pues sirven a la perfección como foto de un momento de análisis determinado-, este tipo de trabajos quedan con el tiempo obsoletos. "Películas clave del cine de animación" se terminaba de imprimir en 2010 y la última película que analizaba era Up (Pete Docter, 2009).
Otro Jordi, en este caso Sánchez-Navarro, ha publicado recientemente (más concretamente en el febrero idílico, previo al horrible brote europeo de la pandemia del COVID-19) un ensayo que sigue bastante la línea del libro comentado en el párrafo anterior. "La imaginación tangible. Una historia esencial del cine de animación", publicado por Editorial UOC (Universitat Oberta de Catalunya) dentro de su colección Filmografías esenciales, supone otro recorrido personal por la historia del cine de animación. Pues la animación, como cualquier otro arte, es algo enteramente subjetivo. Jordi Sánchez-Navarro, quien fuera director del Salò Internacional del Còmic de Barcelona y quien es, desde hace unos cuantos años, el responsable de la programación de Anima't, la sección de animación del festival de Sitges, se ha enfrentado a este reto con valentía. Pues reconozcamos que la cosa era chunga: 120 años de animación resumidos en 50 largometrajes es para volverse loco. A no ser que uno sea de los que tira de otras recopilaciones que pululan por internet o de los que coge lo mejor puntuado de IMDB o Filmaffinity y a correr. No estamos en ese caso. Sánchez-Navarro sabe bien lo que es la animación: técnicas, estilos formales, autores de renombre, corrientes artísticas,... Con cincuenta títulos prácticamente lo cubre todo. Motivo por el cual el libro merece un aplauso a su labor de síntesis. El truco está, como ya hizo Costa en su ensayo, en aprovechar el espacio dedicado a cada largometraje para hablar de soslayo de otros títulos indispensables del cine de animación. Por ejemplo, al ser una de las premisas que se impuso Sánchez-Navarro el no repetir directores, en el momento en el que habla de Paprika (2006), aprovecha para glosar todos los trabajos del gran Satoshi Kon; o cuando habla de ¡Piratas! (Peter Lord, 2012), utiliza las tres páginas para, también, hacer un breve recorrido histórico de los trabajos más destacados del estudio plastileniode situado en Brístol. Además de todo esto, el libro merece la pena porque Sánchez-Navarro mete títulos a menudo olvidados en este tipo de listas, como Las doce pruebas de Asterix (Albert Uderzo, René Goscinny, y Pierre Watrin, 1976) o Batman: La máscara del fantasma (Eric Radomski y Bruce Timm, 1993), que me flipan hasta el punto de que yo también los hubiera considerado esenciales. Por otro lado, la prosa es fluida y amena. Sánchez-Navarro sabe incluir los datos técnicos y las anécdotas de prensa amarilla con estilo, haciendo que el libro literalmente se devore (dejando un regusto entre los dientes a tinta negra y celulosa).

Se hace difícil poner algún pero al libro de Jordi Sánchez-Navarro. A mí particularmente me encanta que los ensayos cinematográficos tengan imágenes sobre las que apoyarse, pues creo que ayudan mucho a que toda la información que se vuelca quede mejor asimilada en el cerebro (al menos, como digo, en el mío, que es el que conozco mejor). Por otro lado en ocasiones el autor se deja llevar por los errores incluidos en textos existentes, ayudando a que se perpetúen en el tiempo. Algunos ejemplos son:
  • Se menciona en el capítulo dedicado a Una invención diabólica (1958), que el director Karel Zeman trabajó en el cortometraje El sueño de Navidad (1943) junto a su hermano Bořivoj Zeman. Pese a la coincidencia en el apellido, Karel y Bořivoj no eran hermanos, tal y como deja claro este posteo en Facebook del Karel Zeman Museum.
  • En la ficha dedicada a Toy Story (John Lasseter, 1995) se indica que la película fue fruto de un acuerdo inicial entre Disney y Pixar de un total de dos películas. El acuerdo realmente fue de tres largometrajes, que acabaron siendo Toy Story, Bichos, una aventura en miniatura (John Lasseter y Andrew Stanton, 1998) y Monstruos, S.A. (Pete Docter, 2001) -entre medias de las dos últimas, Pixar realizó Toy Story 2 (John Lasseter, 1999), que quedó fuera de ese acuerdo.
  • Por último, en el texto dedicado Kubo y las dos cuerdas mágicas (Travis Knight, 2016) puede leerse que Laika desarrolló en 2005 la animación de La novia cadáver (Tim Burton y Mike Johnson, 2005). Lo cierto es que Laika estaba por entonces empezando, y los directivos de la compañía vieron la producción del segundo largometraje de animación stop-motion de Burton como un proyecto ideal para que sus animadores y artistas se formaran. La animación fue realizada enteramente en los 3 Mills Studios de Londres.
Son detalles chorras que, desde luego -y eso quiero que quede claro meridiano- no empañan en absoluto el trabajo de Sánchez-Navarro. Recordemos: un ejercicio espectacular de síntesis. Por ello, debo decir que estoy feliz, pues ahora tengo en mi biblioteca una nueva brújula que me guía en las aventuras animadas que están por venir. Sin embargo, de cara a ese futuro toca ser cautos y pacientes, pues atendiendo a cómo funciona esto no tendremos otro ensayo de películas de animación esenciales o clave, escrito por otro Jordi, hasta 2030.

El listado de películas que recoge el libro "La imaginación tangible. Una historia esencial del cine de animación", es el siguiente:
Además se aporta una jugosa bibliografía (que siempre me sirve para encontrar/comprar nuevos libros que se me habían pasado por alto), un índice de películas y un glosario del montón de películas de animación (de corto y largo metraje) que han sido mencionadas.

El libro consta de 230 páginas, encuadernación rústica con solapas. PVP: 23 €

DETRÁS DE LAS RISAS. UN ENSAYO SOBRE LOS SIMPSON

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Me lavo con un trapo atado a un palo.
Bart Simpson en King-Size Homer (T7E7)

Es parte indisoluble de todos aquellos españoles que nacimos entre 1980 y 2000, y eso se lo debemos enteramente a que Antena 3 decidiera emitir y repetir hasta la saciedad sus capítulos a la hora de comer. Cris Domínguez (Madrid, 1995), la autora del ensayo Detrás de las cámaras, más allá de Los Simpson, pertenece a esa generación que ha disfrutado hasta la saciedad (si es que uno puede acabar saciado en algún momento) de la familia amarilla más famosa de la televisión; y por ello sabe perfectamente de lo que habla cuando saca sobre la palestra a sus personajes, situaciones, lugares, detalles de producción, etc.
El libro se desglosa en siete grandes capítulos:

  1. "Érase una vez en Springfield: Dónde, cómo y por qué nace la serie.
  2. "Not just anothe state": Más allá de Springfield.
  3. "¡Springfiled, Springfield, es una gran ciudad!": La ciudad y sus habitantes.
  4. "¡Atención, Atención, A-ten-ción!": La familia Simpson.
  5. "¡Aborto para unos, banderitas americanas para otros!": Los personajes (no tan) secundarios.
  6. "A mí no me preguntes, solo soy una chica": La mujer en Los Simpson.
  7. Rompiendo la segunda dimensión: Los Simpson fuera de la pequeña pantalla.
Me ha parecido especialmente brillante el sexto, por ser un estudio muy sólido sobre todo lo referente al feminismo que la serie deja caer sobre el espectador: empoderamiento, brujería, cultura de la violación, hipersexualización y heteronomatividad. Son las cuarenta páginas que más me han aportado del conjunto, pero no es lo único que he disfrutado plenamente, pues también se habla de algo tan atractivo como es la meta-animación, es decir, las referencias implícitas a la animación que tienen cabida dentro de esta serie animada. En este último apartado, se analizan dos de mis capítulos favoritos: The Day the Violence Died (T7E18), ese en el que Chester J. Lampwick gana en los tribunales la autoría de Rasca y Pica; y Angry Dad: The Movie (T22E14), en el que Bart Simpson y su película Angry Dad acaba compitiendo en los Oscar contra el film Condiments de Mixar y la película Wallace & Crumble in Better Gnomes and Gardens de Nick Park.

Por el contrario, se hace un poco repetitiva la explicación de los personajes y lugares emblemáticos de la serie, siendo en parte problema mío por haber sido otro de esos adolescentes que comía embobado viendo una y otra vez como Moe le robaba a Homer la idea de comercializar su exquisito y revolucionario flameado. He encontrado además algunos errores, muy menores, en el texto: 

  • Cuando Domínguez habla del capítulo crossover de The Simpsons y Family Guy, The Simpson Guy (T13E1), se menciona que Peter Griffin se pelea con Homer porque aquel defiende que la mejor cerveza es La Garrapata Roja, frente a la Duff del universo Simpson. Realmente La Garrapata Roja -aquella que tenía un toque a... perro- es una cerveza que bebe Homer en el episodio The Springfield Files (T8E10); siendo la marca de cerveza que Griffin bebe con fanatismo en su serie la Pawtucket: Patriot Ale.
  • Se indica que la familia Simpson vive en el 472 de Evergreen Terrace. Realmente es en el 742 (algo que corrige la autora un poco más adelante en el texto).
  • En el apartado de personajes secundarios, en un párrafo se menciona que las gemelas Sherri y Terri Mackleberry son compañeras de clase de Lisa, mientras que en otro se indica que comparten clase con Bart. Lo cierto es lo segundo.
Nada de todo ello resta puntos al buen desarrollo de la prosa que maneja la autora, ni a la notable exposición y estructura de las ideas. Vamos, que el libro se lee como un tiro. Es ameno, entretenido y aporta tantas anécdotas que está 100% asegurado que vas a descubrir algo nuevo. Yo, por ejemplo, no sabía que necesitaba ir a Florida a montarme en la atracción dedicada a Kang y Kodos. Ya estoy ahorrando...
Este libro de 240 páginas lo edita Héroes de Papel, dentro de su colección Crossover. Salió a la venta este 2020 a un PVP de 19,95 €. Cuenta con tapas duras, interiores y cubiertas a todo color, y un acabado de arte y maquetación tan espectacular como inteligente (evitando utilizar imágenes con copyright) que es obra de Domi Vakero.
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